Lo afirmó el arzobispo de Buenos Aires, Mons. Jorge García Cuerva, al presentar un libro sobre "Derecho y religión" en la UCA. "Una excelente obra de consulta para todos", definió. Mons. García Cuerva en la presentación de un libro sobre "Derecho y religión"
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presentó el lunes 10 de junio en la Universidad Católica Argentina (UCA) el libro "Derecho y religión: Derecho eclesiástico argentino", que aborda "una disciplina joven que sigue en construcción" en la legislación, la jurisprudencia y la doctrina.
El primado argentino calificó el libro como "una excelente obra de consulta para todos, especialmente sobre temas específicos donde, como es costumbre, los argentinos tocamos de oído".
Cabe precisar que por derecho eclesiástico se entiende no un régimen interno de la Iglesia sino toda la configuración jurídica que el ordenamiento estatal atribuye a la Iglesia y las confesiones religiosas, al hecho religioso en la sociedad.
Un exalumno que es gran canciller
Se trata de la segunda edición actualizada de un libro publicado hace siete años por Norberto Padilla (fallecido en 2020), Juan Navarro Floria y Octavio Lo Prete, presentes en el acto.
"Ambos han sido profesores míos en la licenciatura de derecho canónico -precisó el arzobispo-, con lo cual, así como el Derecho Eclesiástico es un derecho in fieri, que se está haciendo, y sigue en construcción en esta realidad tan cambiante, también lo es nuestra realidad personal: hace unos años alumno de los autores, hoy el arzobispo de Buenos Aires, el ex alumno, humildemente presenta la obra".
Navarro Floria a su vez manifestó que hay pocas cosas más reconfortantes para un profesor que ver que el alumno lo supera y ocupa lugares de relevancia, y confesó que es una alegría y un orgullo ver que un egresado de la Universidad que uno tuvo como alumno en sus clases es hoy el gran canciller de la casa de estudios.
Una materia de estudio en Europa y Estados Unidos
García Cuerva terminó compartiendo plenamente la opinión de los autores al afirmar que el Derecho Eclesiástico es una rama del derecho estatal que debería integrar la currícula de las facultades de derecho de todas las universidades tanto laicas como confesionales, como ocurre en otros países.
Al respecto, Navarro Floria especificó que es una materia del plan de estudios en universidades de distintos países de Europa y de los Estados Unidos.
Consideración positiva, no hostilidad
A su vez, Lo Prete precisó que desde que el hecho religioso comenzó a tener incidencia en el orden civil, fue necesario aplicar principios y crear normas que regulasen esos vínculos. "Es evidente decirlo, no se trata de regular la religión en sí, sino el "fenómeno religioso" en tanto adquiera trascendencia social...Si hay una consideración positiva del factor religioso, la regulación entonces será para promover y facilitar su lugar en la sociedad, no para limitarlo o exhibir hostilidad".
Señaló que la cátedra de Derecho Eclesiástico Argentino en la UCA, a cargo de Navarro Floria, fue fundamental para ir generando un programa de estudio, para ir sistematizando el derecho eclesiástico que estaba disperso porque en casi todas las ramas del derecho había normas acerca de la religión (desde el Derecho Constitucional al Derecho Civil, desde el Derecho Administrativo al Derecho Laboral, Tributario o Penal). "Juan Navarro Floria tuvo la virtud de estructurar la disciplina", observó.
Elaborar una disciplina
Este último a su vez dijo que hace ya décadas fue convocado a dar clase de una materia "que no conocíamos" y recordó que su padre, Juan Navarro Pizzurno, catedrático universitario, decía que un profesor al principio habla de lo que no sabe; después, de lo que sabe, y llega a ser un buen profesor cuando habla de lo que los alumnos "tienen que saber".
Recordó que no había libros, había cosas sueltas, y con Norberto Padilla, primero, y Lo Prete después, fueron haciendo una experiencia práctica, consultando, buscando fuentes. También les ayudó el estar en la función pública, gestionando problemas concretos: Padilla fue secretario de Culto, él fue jefe de gabinete en esa secretaría y Lo Prete fue asesor. Y el libro que hicieron se agotó y se propusieron actualizarlo.
A su vez Lo Prete mencionó la creación en 1995 en el ámbito de la Facultad de Derecho Canónico de la UCA del Instituto de Derecho Eclesiástico, cuyo primer director fue el jurista y académico cordobés Pedro José Frías, seguido por el presbítero Ariel David Busso, y tocándole a él ahora la responsabilidad de conducirlo.
Ambos autores destacaron el valor del intercambio en coloquios con colegas en el Consorcio Latinoamericano de Libertad Religiosa (fundado en 2000) y en el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR), constituido por personas de diferentes iglesias o comunidades (aunque sin representarlas) y hoy es una institución referente en la materia. Estaban presentes allí algunos integrantes de este consejo, como el abogado Ricardo Docampo y el investigador Hilario Wynarczyk, ambos del mundo evangélico.
Vélez Sarsfield, precursor
Mons. García Cuerva dijo que al ser licenciado en historia, disfruta de las referencias históricas de la obra, desde las bulas papales al poco tiempo del descubrimiento de América hasta otros puntos más recientes que citó, como el acuerdo de 1966 con la Santa Sede y la reforma constitucional de 1994.
Señaló que en esta segunda edición hay nuevos capítulos, se han actualizado citas de legislación y jurisprudencia. "Los autores se definen como operarios en esta construcción, como en algún momento lo fue Dalmacio Vélez Sarsfield con su obra "Derecho público eclesiástico", que comenzó a elaborar a partir de las consultas del entonces gobernador (Juan Manuel de) Rosas sobre la designación del sacerdote Miguel García como coadjutor del arzobispo (Mariano) Medrano y la respuesta de la Santa Sede que ya había nombrado a (Mariano) Escalada. Este hecho y otros posteriores forjaron la obra de Vélez y publicada en 1871".
Un régimen teísta, no ateo ni neutro
Al final, García Cuerva citó un texto de la Conferencia Episcopal Argentina previo a la reforma constitucional de 1994, que, dijo, "creo es una piedra fundamental que sostiene y reclama la necesidad de un derecho eclesiástico argentino".
Dice así. "La referencia explícita a Dios reafirma nuestras raíces más hondas y da sentido a nuestro ser de Nación, que nace y crece en la fe de los mayores. Las diversas razas y culturas que formaron la Argentina encuentran su unidad en la fe de un ser supremo. Nuestro régimen es teísta, no ateo ni neutro. Aun para el argentino que no tiene fe, la religión debe ser valorada como factor de cultura que hace a la Nación".
Recuerdo de Padilla
Al abrir el acto, el decano de Derecho de la UCA, Pablo María Garat, recordó a Norberto Padilla, catedrático de Derecho Constitucional de la casa y de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y Lo Prete elogió al fallecido coautor del libro.
"Tenía una cultura general envidiable, de aquellas que hoy casi no existen. Pero era sobre todo una persona buena, honesta, generosa y prudente. Además, comprometida con las instituciones, con la docencia, con la política y con la sociedad civil. En definitiva, con la vida pública.
"Norberto era un hombre sin doblez, así como actuaba en la vida pública lo hacía en la vida privada. Era componedor, un hombre de escucha, un obrero del diálogo, un verdadero constructor de puentes, tan necesario ayer y hoy". Lo recordó como un laico que tenía clara su participación en el Pueblo de Dios, un pionero en promover el diálogo interreligioso y el ecumenismo. "Un cultor de la amistad; se interesaba de veras por la vida de sus interlocutores. Lo de Norberto no era mera cortesía, era afecto".
Lo Prete fue acompañado por su esposa y sus cinco hijos, que al terminar el acto se acercaron al estrado a jugar con el micrófono, tal vez sin captar demasiado del tema tratado por su padre. Entre otros, asistieron el arzobispo de San Juan, monseñor Jorge Lozano; la directora de Cultos de la Ciudad, Pilar Bosca; el vicerrector de Formación Integral de la UCA, presbítero Gustavo Boquin; exdiputado nacional Jorge Enríquez; el exdirector de Culto Católico de la Nación, Luis Saguier Fonrouge, y profesores de la casa como Daniel Herrera, Nicolás Lafferriere y Ricardo Boucherie.
El libro es editado por Educa y tiene 495 páginas. Lo encabeza el prólogo a la primera edición, que redactó el académico nacional de Derecho y Ciencias Sociales Alfonso Santiago.
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