Defender la dignidad y la presencia del pueblo de Gaza

Defender la dignidad y la presencia del pueblo de Gaza

En un pronunciamiento, las Iglesias de Jerusalén han alzado sus voces en un llamado urgente y humanitario ante la devastadora situación que enfrenta el pueblo de Gaza. Como custodios de la fe y la conciencia cristianas en esta tierra sagrada, los líderes religiosos expresan su profundo dolor y firme determinación frente al sufrimiento continuo que se despliega ante los ojos del mundo

 

La tragedia que se vive en Gaza ha cobrado miles de vidas inocentes y ha dejado comunidades enteras en ruinas. Los más vulnerables, incluidos niños, ancianos y enfermos, son quienes soportan las penurias más inimaginables. En este contexto, tal como se lee en la página web del Patriarcado Latino de Jerusalén, las Iglesias denuncian la grave amenaza de los desplazamientos masivos, una injusticia que atenta contra la dignidad humana.

Las familias de Gaza, que han habitado esta tierra durante generaciones, no deben ser forzadas a abandonar sus hogares, su patrimonio y su derecho a permanecer en la tierra que constituye la esencia de su identidad.

Los líderes religiosos subrayan que, como cristianos, no pueden permanecer indiferentes ante tal sufrimiento. El Evangelio les ordena defender la dignidad de todo ser humano, recordando las palabras de Isaías: 

“Ay de los que dictan leyes injustas y promulgan decretos opresores, para privar a los pobres de sus derechos y negar la justicia a los oprimidos (Isaías 10, 1-2)”

Momento crítico

En este momento crítico, las Iglesias de Jerusalén expresan su apoyo a la postura firme de líderes como Su Majestad el Rey Abdullah II de Jordania y el presidente El-Sisi de Egipto, quienes han rechazado cualquier intento de desarraigar a la población de Gaza de su tierra. Sus esfuerzos por proporcionar ayuda humanitaria y apelar a la conciencia del mundo son un ejemplo de liderazgo responsable.

Llamado a la liberación de todos los cautivos

Además, hacen un llamado a la liberación de todos los cautivos de ambos bandos, para que puedan reunirse con sus familias de manera segura.

Las Iglesias instan a todas las personas de fe, a los gobiernos y a la comunidad internacional a actuar con rapidez y decisión para detener esta catástrofe. No debe haber justificación para el desarraigo de un pueblo que ya ha sufrido tanto. 

La santidad de la vida humana y la obligación moral de proteger a los indefensos deben prevalecer sobre las fuerzas de la destrucción y la desesperación.

Inmediato acceso humanitario

El acceso humanitario inmediato y sin restricciones es una necesidad urgente para quienes lo requieren desesperadamente. Abandonar a los necesitados sería abandonar la humanidad compartida.

En sus oraciones, las Iglesias elevan sus voces por los que están de luto, por los heridos y por aquellos que permanecen firmes en la tierra de sus antepasados, recordando la promesa de las Escrituras:

“El Señor sostiene a todos los que caen y levanta a todos los que se inclinan (Salmo 145, 14)”

Finalmente, las Iglesias de Jerusalén claman al Dios de la misericordia para que fortalezca a los afligidos, ablande los corazones de quienes detentan el poder y traiga una paz que defienda la justicia, preserve la dignidad humana y salvaguarde la presencia de todas las personas en la tierra que les pertenece.

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