El Arzobispo Copto Ortodoxo de Londres, Mons. Angaelos, dijo que los cristianos de todo el mundo deben hablar en contra de toda persecución religiosa, incluida la que existe contra los musulmanes uigures.
“Como cristianos, que vivimos como parte de las comunidades perseguidas, entendemos el dolor de la persecución, y si no podemos aceptarla para nosotros, no deberíamos aceptarla nunca para ningún otro”, dijo Mons. Angaelos, con motivo de la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa.
Del 13 al 15 de julio de 2021 se realizó la primera edición de la Cumbre Internacional de Libertad Religiosa en Washington DC (Estados Unidos). El evento fue impulsado por más de 40 organizaciones que representan a diferentes confesiones comprometidas con el apoyo a la libertad religiosa, entre ellas, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB).
Si bien estaba programado que Mons. Angaelos, líder contra la persecución religiosa mundial, hablara durante el evento, no pudo asistir debido a las restricciones de viajes al exterior dispuestas por Reino Unido a causa de la pandemia del COVID-19.
El 15 de julio, en una conversión telefónica, Mons. Angaelos dijo a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI-, el discurso que iba a dar en el evento.
El Prelado afirmó que, pese a que en otras sociedades se han realizado avances significativos como el progreso tecnológico, es “absolutamente reprensible e inaceptable” que “todavía existan muchos millones de personas en todo el mundo privadas de su derecho básico a creer o no creer”.
El año pasado, Mons. Angaelos firmó una declaración conjunta con más de 75 líderes religiosos, en contra el “genocidio potencial” de los uigures en China, una población mayoritariamente musulmana en el noroeste de China.
En el documento, los líderes pidieron oración y solidaridad con los uigures, así como “acciones para poner fin a estas atrocidades masivas”. Cabe destacar que el documento también fue firmado por dos cardenales asiáticos: el Cardenal Charles Maung Bo de Yangon (Birmania), y el Cardenal Ignatius Suharyo de Yakarta (Indonesia).
Al respecto, Mons. Angaelos dijo que se unió a la demanda contra las atrocidades perpetradas en China, siguiendo el ejemplo de Cristo.
“Nuestro Señor mismo quien, habiendo visto el sufrimiento del mundo, se hizo carne y vino a resolver ese sufrimiento, y compartió nuestro sufrimiento, para elevarnos por encima de eso”, dijo. Por ello, “nosotros también debemos mirar el sufrimiento de los demás y continuar haciendo lo que podamos para aliviarlo”, agregó.
El Prelado dijo que en los últimos años los cristianos de ciertos países han sufrido de una forma atroz. Por ejemplo, se refirió al “gran éxodo” de cristianos de Oriente Medio y África del Norte, y a los ataques contra las comunidades cristianas en Nigeria, China y Pakistán.
Sin embargo, destacó que las comunidades no cristianas también fueron blanco de la persecución, como los uigures en China, los musulmanes rohingyas en Birmania, los bahá'ís en Irán y los yazidíes en Irak.
Al respecto, subrayó que los cristianos deben hablar en contra de la persecución de cualquier comunidad, no solo como una cuestión de justicia, sino también como una forma práctica de proteger a todas las comunidades religiosas.
“Las violaciones de derechos humanos son siempre una cascada”, afirmó. “Hay un comienzo con un grupo en particular, y luego el grupo que está persiguiendo pasará al siguiente [grupo], que ellos perciben como un objetivo suave”, y así sucesivamente.
Los cristianos coptos de Egipto han sido blanco de bombardeos en iglesias y ataques a peregrinos en los últimos años, aunque la “escala” general de persecución allí ha disminuido durante la reciente pandemia, señaló.
Sin embargo, dijo que durante la crisis sanitaria mundial del coronavirus las mujeres y niñas cristianas coptas siguieron siendo secuestradas y convertidas a la fuerza, y algunas comunidades cristianas sufrieron la privación de sus recursos básicos para sobrevivir.
“Podríamos estar en un lugar un poco mejor, y aún, por supuesto, sabemos que tenemos entornos tan volátiles, que no se necesita mucho para desencadenar las cosas y no se necesita mucho para que las comunidades sean demonizadas y vilipendiadas”, señaló.
La Iglesia Copta Ortodoxa es una Iglesia Ortodoxa Oriental que rechazó el Concilio de Calcedonia de 451. Históricamente, sus seguidores fueron considerados por los católicos y los ortodoxos orientales como “monofisitas”, que son todos los que creen que Cristo tiene una sola naturaleza.
Finalmente, el Prelado dijo que los cristianos de occidente pueden ayudar a todos los perseguidos en el mundo, si contribuyen a concientizar sobre la difícil situación que deben afrontar tantas otras personas.
“Cuando las cosas aparecen al inicio de nuestra sección de noticias y dejan de ser titulares, se olvidan fácilmente. Lo que tenemos que hacer es mantener vivos los problemas, incluso al concientizar, hablar, sin perder de vista los lugares donde hay violaciones contra las personas”, concluyó.
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