Lo hizo el actual presidente de la entidad Jorge Knoblovits en la sede del Seminario Rabínico fundado por el defensor de los derechos humanos Marshall T. Meyer. "Todos somos sobrevivientes", dijo e hizo memoria de los judíos desaparecidos.
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) admitió este miércoles que durante la última dictadura cívico-militar cometió "errores y desaciertos" y que "callarse la boca nunca debe ser una opción", pero también aseveró que "nunca hubo tanto ensañamiento hacía los judíos" en la Argentina como en esa época.
El reconocimiento de esa actitud fue expresado por Jorge Knoblovits, presidente de la DAIA, entidad que, con el Seminario Rabínico Latinoamericano "Marshall T. Meyer", realizó un acto para conmemorar de manera especial a todas aquellas personas que fueron víctimas de la última dictadura militar.
"Durante los años de la dictadura militar nuestra entidad ha cometido errores y desaciertos que debemos reconocer y, hoy en esta fecha tan importante, recordamos a los judíos desaparecidos en esa trágica página de la historia argentina", dijo Knoblovits.
"La DAIA reconoce desaciertos durante la dictadura. Todos somos sobrevivientes", afirmó el jefe de la representación política de la comunidad judía en la Argentina.
Knoblovits señaló: "Vengo a cumplir una deuda que tiene la Comisión Directiva que conduzco desde 2018. No vine a condenar a las gestiones pasadas, pero reconozco que tuvimos desaciertos. Nunca hubo tanto ensañamiento hacia los judíos como en la dictadura. Callarse la boca nunca debe ser una opción. Tenemos que traer la memoria al presente para que en el futuro no vuelva a suceder".
En un comunicado se informó que el acto se hizo en la sede del seminario, en el barrio porteño de Belgrano.
La entidad educativa judía fue fundada en 1962 por el rabino norteamericano Meyer, defensor de los derechos humanos en la Argentina, quien integró la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).
El 13 de julio de 1984 el entonces presidente Raúl Alfonsín reconoció a Meyer y le entregó la Orden del Libertador San Martín por su compromiso con los derechos humanos.
En la ceremonia hubo un panel integrado por Knoblovits; el rector del Seminario, rabino Ariel Stofenmacher; la abogada Mónica Pinto, exdecana de la Facultad de Derecho de la UBA y presidenta de los Tribunales Administrativos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial; el juez de la Corte Suprema de Justicia bonaerense Sergio Torres; el excamarista federal y exministro de Justicia Ricardo Gil Lavedra y el abogado Hernán Najenson.
El rabino Stofenmacher recordó palabras del rabino Meyer: "Dondequiera que un ser humano sufre de la privación de su libertad, todos los seres humanos se hallan amenazados".
Pinto repasó el camino de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en la Argentina y destacó la decisión de Alfonsín de crear la Conadep.
Gil Lavedra señaló que la de 1976-1983 "fue la dictadura más cruel, sanguinaria y feroz de la historia argentina".
El exintegrante del tribunal que condenó a juntas militares destacó la realización de ese juicio sin antecedentes: "Fue un avance extraordinario en la búsqueda de Justicia que fue tomado como ejemplo a nivel mundial", expresó.
Najenson analizó las similitudes de la dictadura y el nazismo en el trato a sus víctimas y destacó que la DAIA propuso un ejercicio de introspección: "Considero muy positiva la decisión de la DAIA de abrir un debate sobre el rol que cumplió la Institución durante la última dictadura", aseveró.
Para el juez Torres "la Justicia es clave porque la democracia se basa en la ley. Los juicios aumentan la viabilidad de los sistemas democráticos. Son indispensables para transmitir la memoria a través de las generaciones".
También habló un familiar de desaparecidos, Javier Bedne, quien contó la historia de su hermano Darío y agradeció a la DAIA la oportunidad de poder contar su historia, a la vez que pidió encontrar a su hermana.
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