Con una asistencia fuera de lo habitual, anoche sesionó la Asamblea de la DAIA, en la que fue ampliamente debatido lo actuado por sus autoridades ante el conflicto entre el ex presidente de la institución Ariel Cohen Sabban y la actriz Esmeralda Mitre.
El actual titular de la DAIA, Alberto Indij, dio lectura a un elaborado mensaje en el que detalló las diversas reuniones y acciones que mantuvo a partir de que le informaron el tema, el sábado 28 de abril, que incluyeron varias reuniones del “Ejecutivo”. Entre ellas, la que mantuvieron con la presencia de Ariel Cohen Sabban, en donde reconoció que fue al departamento de Esmeralda Mitre pero contó una versión de los hechos que difería a la que había trascendido.
También dio detalles de la visita que realizó junto con el vicepresidente tercero, Luis Grynwald, a la sede del diario La Nación, con la finalidad de escuchar “la otra campana”, es decir la versión de Esmeralda Mitre. Luego mantuvieron un encuentro con el abogado de la señora Mitre y una segunda reunión con Cohen Sabban, en la que le exigieron la renuncia.
Indij remarcó que tuvieron una rápida respuesta a la situación planteada, ya que exigieron la renuncia del presidente de la DAIA a la semana de haber tenido el primer indicio de la acción personal del ahora ex presidente. También defendió la honorabilidad de todos los miembros del Consejo Directivo y criticó a todos los que solicitaron públicamente que todos sus miembros renuncien.
Como lo habían anunciado algunas de las instituciones que hicieron ese pedido, no se hicieron presentes, y otras decidieron no hablar, por lo que la defensa de esa propuesta quedó en manos de la representante de la escuela Weitzman y las autoridades del Consejo Federal: su presidente, Diego Dlugovitzky, y su tesorera, Ana Bercovich, quienes a su vez integran el Consejo Directivo de la DAIA como vicepresidente cuarto y protesorera tercera respectivamente.
Durante el debate se produjeron algunos encontronazos entre los mencionados y Alberto Indij, como también entre la señora Bercovich y el tesorero Mario Ruschin, ya que la representante de una de las más activas filiales DAIA del interior del país, la de Córdoba, sostuvo que pese a solicitarlo en varias oportunidades, nunca recibió la información sobre recursos y gastos que solicitó. Al respecto, Ruschin le contestó que los balances de la institución auditados por un estudio de prestigio fueron aprobados por las afiliadas en las correspondientes Asambleas.
Por otro lado, Ariel Eichbaum, vicepresidente de la AMIA, estuvo presente y en nombre de la institución preguntó sobre si existe un protocolo respecto a qué actitud se debe tomar cuando alguien efectúa una declaración antisemita, sobre los lineamientos que regulan la manera en que la DAIA recauda, entre otros temas. Indij le contestó que la DAIA se alegraba de que a la AMIA las cosas le vayan bien, pero que no preguntaba si existía un protocolo que regulara con quien se reúne su presidente, dando como ejemplo la reunión que Agustín Zbar, titular de la AMIA, mantuvo con el presidente de Francia, país que tiene una postura contraria a la israelí con respecto a Irán.
Concluida la Asamblea y repasando mentalmente su desarrollo, algunas cosas llamaron la atención: una es que el debate giró sobre la actuación impropia del ex presidente de la DAIA y si los miembros del Ejecutivo habían tratado de protegerlo o no; otra si era correcto o incorrecto que instituciones integrantes de la DAIA solicitaran la renuncia de todos los miembros del Consejo Directivo de la institución o si estos debían concluir la actual cadencia; y que nadie preguntase si lo ocurrido con Esmeralda Mitre fue la única oportunidad en que Ariel Cohen Sabban, desde que había asumido la presidencia el 14 de diciembre de 2015, concurrió solo a gestionar una donación o el apoyo a uno de los tantos proyectos que lleva a cabo la DAIA, o si eso ocurrió en otras ocasiones.
Alberto Indij y el resto de los miembros del Consejo Directivo, que no presentó su renuncia, continuarán conduciendo la institución hasta que se produzca el cambio estatutario de autoridades, dentro de seis meses aproximadamente, pues la mayoría de las instituciones representadas en la Asamblea no aprobó la solicitud de que debían renunciar. Pero tanto ellos como los que exigían su renuncia deben tener presente que lo importante es la credibilidad de la institución y que de lo ocurrido en estos últimos 15 días la colocó en los medios en un lugar para nada conveniente para el cumplimiento de su función específica: la lucha contra el antisemitismo y toda forma de discriminación.
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