El ministro de salud saudí, Fahd bin Abdulrrahman al-Jalajel, dijo que el 83 por ciento de los que murieron no tenían permisos oficiales para el Hayy, que garantizan el acceso a refugio y transporte. Dijo que los centros de salud trataron a casi medio millón de peregrinos por agotamiento por calor, incluidos 140.000 sin permiso. Un total de 95 peregrinos estaban en el hospital y algunos fueron trasladados en avión a Riad para recibir tratamiento, dijo.

Los peregrinos sin permiso se vieron obligados a caminar “largas distancias bajo el sol, sin sombra ni comodidad”, informó la agencia de prensa saudí.

Unos 660 de los que murieron eran egipcios, incluidos 31 peregrinos registrados que padecían enfermedades crónicas, dijo El Cairo. Al menos 200 indonesios, 98 indios, 99 jordanos y 49 tunecinos murieron, dijeron sus gobiernos. Pakistán, Malasia, Irán, Senegal, Sudán y EEUU también confirmaron muertes entre sus ciudadanos.

En total, alrededor de 1,8 millones de personas participaron en cuatro días de rituales que tuvieron lugar en La Meca, el cercano campamento de Mina y en la llanura de Arafat, un viaje de ida de 21 kilómetros. Para permitir que un número máximo de peregrinos realizaran los rituales a tiempo y evitar aplastamientos fatales, los saudíes construyeron redes de caminos de hormigón y pasos elevados que absorben e irradian calor.

Los musulmanes aptos y con los medios económicos necesarios deben realizar la peregrinación, uno de los cinco pilares del Islam, una vez en la vida. Los peregrinos tradicionalmente obtenían visados para el Hayy y hacían arreglos para su estadía con agentes locales que tienen socios en Arabia Saudí.

En 2022, el ministerio introdujo una nueva plataforma en línea que exige a los peregrinos reservar paquetes que cubran vuelos, alojamiento, comida y transporte. Esto ha elevado los costos más allá del alcance de muchos. Como consecuencia, muchos optan por obtener visados de turista en agencias de viajes locales. Una vez en el reino, no tienen dónde quedarse ni medio de transporte. En respuesta a las muertes de este año, Arabia Saudí dice que ha cerrado docenas de estas agencias de turismo. Los saudíes también han amenazado con multas y prisión a los peregrinos sin permiso.

Según numerosos medios de comunicación, los peregrinos, que viajan ahora en costosos paquetes que cuestan entre 5.500 y 11.200 euros por persona, se han quejado de un aire acondicionado inadecuado en las tiendas, instalaciones sanitarias deficientes, transporte abarrotado, falta de puntos de agua y normas de tráfico que les obligan a caminar bajo el sol para llegar a los sitios rituales y tiendas de campaña. El peregrino indonesio Fauziah le dijo a la BBC: “Muchos se desmayaron debido al hacinamiento y al sobrecalentamiento en las tiendas”.