En 2014, cuando los separatistas apoyados por Rusia invadieron el este de Ucrania, miles de personas huyeron hacia el oeste, a ciudades como Lviv. Hoy, ante la amenaza de otra invasión rusa, las autoridades de Lviv y de toda Ucrania occidental se preparan para acoger a 5 millones de refugiados.
Rusia está añadiendo fuerzas y material militar a la frontera ucraniana, acercándose cada vez más a rodear a su vecino. Washington afirma que más de 130.000 soldados rusos se encuentran ahora en las fronteras de Ucrania, mientras crece el temor a una próxima invasión.
Mientras tanto, los ucranianos realizan simulacros casi a diario, preparados para defender su país.
Sin embargo, los cristianos ucranianos están desplegando su propia arma: el escudo de la oración y el culto.
"La gente está preocupada, pero les animamos a mirar a Jesús con todas nuestras fuerzas, porque sólo a través de la oración podemos mantener la paz en nuestro país", dice Kyzmenko Dmytro, pastor de la Iglesia Nueva Generación en Lviv a CBN News.
El setenta por ciento de la congregación del pastor Dmytro es del este de Ucrania, muchos de ellos escapan de la violencia actual.
"Mi corazón ahora mismo está con mis familiares que dejé atrás en Donetsk: Mi madre, mi hermana y mi abuela, pero no pueden abandonar este territorio y eso me rompe", dice Kateryna Skudan, que escapó de Donetsk.
Mientras las conversaciones del fin de semana entre el presidente Biden y el presidente ruso Vladimir Putin no consiguen calmar la creciente tensión, la Casa Blanca sigue advirtiendo de la posibilidad de una gran acción militar.
"Estamos en la ventana en la que una invasión rusa podría comenzar en cualquier momento si el presidente Putin así lo decide. Eso incluye los próximos días", afirma el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken. Las embajadas extranjeras, incluida la de Estados Unidos, están trasladando personal a Lviv, cerca de la frontera con Polonia.
Y mientras eso ocurre, en una pequeña sala superior cerca del centro de la ciudad de Lviv, los cristianos de toda África están rezando por su país de acogida, dispuestos a ser las manos y los pies de Jesús para los que puedan tener que huir.
"Como cristianos y como pueblo de Dios, es nuestro trabajo y nuestro deber orar por todo el mundo, porque el Señor quiere la paz", dice Timothy Adegbile, un pastor nigeriano de la iglesia Christ Embassy.
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