En la fiesta de la Trinidad, el obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto animó a mostrar el amor de Dios "en este tiempo donde hay tanta violencia, tanta mezquindad y competencia".
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Armando Uriona FDP, celebró la solemnidad de la Santísima Trinidad, que es “la fiesta, el gran misterio de Dios”, desde la parroquia Santa Teresa del Niño Jesús.
“La fe en la Santísima Trinidad es propia del cristianismo. No la tienen los musulmanes que creen en un solo Dios, ni los judíos, que también creen en un solo Dios. Pero el Dios Trinitario, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas, y un solo Dios verdadero fue revelado por Jesucristo y así lo creemos los cristianos que seguimos a Jesús. Este misterio, como el misterio de la encarnación de Jesús, solamente puede ser aceptado desde la fe si Dios lo revela”, diferenció.
En ese sentido, el obispo subrayó que “a la Trinidad se la explica también como una familia, es como la familia de Dios que tiene tal unión que hacen que sea uno solo. Es Dios que quiso manifestarse por infinito amor a la humanidad y por eso el Padre envía al Hijo para que se haga uno de nosotros, para que viva entre nosotros, nos enseñe su palabra, el misterio de Dios, muera por nosotros y resucite”.
“El Hijo, quien dijo ‘yo les voy a mandar el Espíritu y todo lo que es del Padre es mío y a través del Espíritu se los voy a revelar’, cuando termina su misión en la tierra, que viene del Padre también, para enseñar a la humanidad. Pero es una sola familia”, agregó.
Asimismo, manifestó que el misterio de la Trinidad “es un misterio de amor”, y si bien ese misterio tiene muchos aspectos, monseñor Uriona buscó remarcar dos de ellos: “El primero tiene que ver con que no es un misterio que está allá trascendente, que no nos llega para nada a nosotros, no. Por el bautismo, la Santísima Trinidad inhabita en nuestro corazón, y esta experiencia la hicieron de una manera eminente los santos”.
Y el otro elemento, prosiguió, “no es que la Trinidad es una cosa intimista que está en mí, sino que tiene su connotación social y así deben ser nuestras relaciones con los demás. Ese es el modelo. En las familias, en las comunidades, en la sociedad el modelo es la Santísima Trinidad, un modelo de amor quien se entrega solidariamente a los demás como hizo Jesús”.
“La fe en la Trinidad tiene que mejorar nuestros vínculos, nuestro modo de cómo nos vinculamos a los demás. Hoy los cristianos tenemos que dar ese testimonio, sobre todo en este tiempo donde hay tanta violencia, tanto golpe entre uno y otro, tanta mezquindad y competencia. Necesitamos mostrar el amor de Dios”.
Finalmente, monseñor Uriona pidió que al celebrar la Trinidad “no celebremos una fiesta abstracta, que está lejos de nosotros, sino que celebremos el amor de Dios que se manifiesta también en su Iglesia, que se manifiesta también en nosotros”.+
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