En Chile, el Pontífice pidió unidad y aseguró que “la violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa”
El papa Francisco viajó este miércoles a Temuco, en la región chilena de la Araucanía, donde instó a los mapuches a poner fin a la violencia.
El pontífice quiso celebrar misa en esta región, cuna de este pueblo originario -y también la más pobre y conflictiva de Chile- y durante la homilía destacó que "la defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse con base en la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas". "No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro", fue el mensaje que lanzó.
La ceremonia había comenzado con una rogativa de una representación de los mapuches vestidos con sus trajes tradicionales y Francisco también en su homilía la inició hablando en mapudungun, la lengua de este pueblo originario: "Mari, Mari" (Buenos días), y continuó: "Küme tünngün ta niemün" ("La paz esté con ustedes").
Ante decenas de miles de personas, agradeció haber podido visitar la Araucanía, alabó su belleza pero también subrayó que está "llena de pena y dolor".
El resto de la homilía, Francisco la dedicó al tema elegido para esta misa, el de la unidad de los pueblos, en un momento de constante tensión en la Araucanía.
Aseguró que "la unidad no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora" y que "la riqueza de una tierra nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás".
Destacó la necesidad de que cada pueblo aporte sus riquezas y deje de lado "la lógica de creer que existen culturas superiores o inferiores". También invitó a los pueblos originarios a ser "artesanos de la unidad".
Y condenó la violencia, en una clara referencia a los ataques incendiarios registrados en la noche del martes y la madrugada de hoy, y a los últimos episodios en esta región.
Francisco dijo que existen dos formas de violencia que amenazan los procesos de unidad y reconciliación. La primera "es elaborar acuerdos que nunca llegan a concretarse y que es violencia, porque frustra la esperanza", y el segundo es el uso de la violencia.
"La defensa de la cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse con base en la violencia y destrucción que termina cobrándose vidas humanas. No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división", argumentó.
Y agregó que "la violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa".
La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa
Por parte del Papa no llegó un reconocimiento del "genocidio" del pueblo mapuche ni el perdón por parte de la Iglesia, como habían pedido algunos representantes.
Para conocer mejor los problemas de la Araucanía, Francisco almorzó con once de sus habitantes, entre ellos 8 representantes de la comunidad mapuche. Pero también una mujer víctima de la violencia rural, un colono de una familia suizo-alemana y un inmigrante haitiano.
La tensión entre el Estado y los mapuches es uno de los mayores desafíos que el papa Francisco aborda en su viaje a Chile. La visita a la región de La Araucanía ocurre luego de una seguidilla de atentados a iglesias católicas. En esa zona, dos capillas fueron quemadas casi simultáneamente, en las comunas de Cunco y Melipeuco. Horas más tarde, una parroquia en Puente Alto sufrió un ataque incendiario y se encontraron panfletos anarquistas en el lugar. Según vecinos del sector, cinco personas lanzaron bombas incendiarias hacia la puerta exterior del inmueble, además de quemar una bandera chilena y otra del Vaticano.
La lucha de los mapuches también incluyó macabras amenazas de muerte al Sumo Pontífice, además de la toma de oficinas públicas en las semanas previas a su llegada a Chile.
Los mapuches se movilizan desde hace décadas por la restitución de sus tierras, hoy en manos de empresarios agrícolas y forestales, lo que ha desencadenado un conflicto y la muerte de varias personas.
En Argentina, aunque en menor medida, los mapuches también registraron episodios de violencia en el sur del país. De hecho, la agrupación Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) utiliza la violencia como metodología única de protesta. Las autoridades los responsabilizan de ataques en Chubut, Río Negro, Neuquén y Buenos Aires.
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