Junta Islámica de España manifiesta su preocupación y rechazo ante la terrible situación que está sucediendo, desde el día de hoy, en Ucrania.
Ante una geopolítica planteada desde el simple impulso y los intereses sesgados, vemos como infinidad de conflictos se recrudecen lejos de pacificarse, el conflicto de Ucrania ha sido uno de ellos. Conflictos históricos, desiguales e injustos que azotan a infinidad de personas, que indefensas asisten a la destrucción de sus mundos y sus sociedades. Cualquier acto de violencia es un hecho estremecedor es lesivo para la dignidad y el salam del ser humano. Así, el islam, como religión de paz, entiende que la violencia no es una opción para resolver problemas considerando lo que nos dice el Corán:
En este tiempo, Nosotros dictamos a los hijos de Israel que quien mate a una persona es como si hubiese matado a la humanidad entera. Y quien salve una vida, es como si hubiese salvado a la humanidad entera. Y, de esa forma, vinieron nuestros mensajeros a ellos con pruebas evidentes y, aún así, muchos siguieron excediendo los límites en la tierra (Corán 5: 32)
Igualmente, el profeta Muhammad ﷺ nos transmitió, en una narración que se considera verídica (sahih), que «la guerra es una decepción» (Sahih Bukhari, 3030). Una decepción en la que siempre hay perdidas, pues tan solo una vida sesgada es como si se hubiera asesinado a la humanidad entera. Una enseñanza ética que nos demuestra el valor de la vida. La guerra siempre es el olvido del salam (paz), del equilibrio y la humildad (khushu’) para pensar que una victoria ilusoria puede estar a la par que un dictado de Allah, El Altísimo. Pues en otro hadiz nuestro Profeta ﷺ vuelve a decir:
El nombre más amado por Allah es ʿAbd Allah (el siervo de Allāh) o ʿAbd al-Rahman (el siervo del Misericordioso). Y el nombre más odiado por Allah es ḥarb (guerra) y murra (amargura) (Al-Adab al-Mufrad, 814).
Por eso, desde estas sólidas bases doctrinales y éticas, apostamos en nuestra organización por la defensa de la democracia, la libertad y la paz, y el concepto de ciudanía activa y plena, donde todos tengamos que decidir y actuar para hacer un mundo mejor. Creemos, igualmente, en la necesidad de convivencia entre las diversos pueblos, creencias y culturas respetando los principios de los Derechos Humanos. E invocamos el principio del bien común, que en la tradición islámica se representa en el término maslaha, tan necesario en estos tiempos. Todo ello buscando un mundo más justo y en paz, por encima de intereses concretos ya sean geoestratégicos o económicos.
Del mismo modo, invitamos a todos los musulmanes a pedir, tanto de forma privada como en la oración comunitaria del viernes (salat al-jum‘ah), por las víctimas, por la paz y el sosiego de todos los corazones. Quiera Allah darnos un mundo en paz y más justo.
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