Comenzó en el Vaticano un seminario sobre el derecho humano al agua

Comenzó en el Vaticano un seminario sobre el derecho humano al agua

Por  Elisabetta Piqué

 Con la presencia de académicos como el reconocido filósofo italiano Gianni Vattimo, sindicalistas, trabajadores y expertos de todo el mundo, comenzó hoy en el Vaticano un seminario sobre el derecho humano al agua que concluirá mañana con una declaración y la presencia del Papa .

 

"Con el cambio climático se ha alterado el ciclo del agua y como dice la encíclica Laudato Sí del papa Francisco, alterar el ciclo del agua significa quedarse sin agua y sin agua no hay vida. El segundo problema es el acceso universal al agua potable, que es un bien común y que cuando no se respeta implica una verdadera tragedia para centenares de niños", dijo el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, titular de la Pontificia Academia de Ciencias.

Al inaugurar el seminario, que tiene lugar en la magnífica Casina Pío IV -edificio del Renacimiento enclavado en los Jardines Vaticanos-, Sánchez Sorondo también recordó que "Naciones Unidas tiene como meta que el agua llegue a todos en el 2030". "Ojalá que sea así. Pero lo primero que hay que encarar es el problema del clima porque, si no se lo hace, no habrá agua para todos en el 2030", advirtió.

El arzobispo argentino destacó el trabajo realizado para organizar este encuentro por Luis Liberman y Gabriela Sacco, directores de la Cátedra del Diálogo y de la Cultura del Encuentro, espacio académico plural de Argentina inspirado por el Papa. Liberman aseguró que la cuestión del derecho humano al agua requiere de políticas públicas y de un rol del Estado activo. Y destacó que "dialogar, discutir y opinar sobre el derecho humano al agua es entender que estamos hablando del futuro".

Coincidió José Luis Lingeri, secretario general del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias, que apuntó que el acceso al agua es "un tema que compromete a toda la humanidad, pero fundamentalmente interpela a los que tienen poder de decisión, a los gobernantes y a las corporaciones". Como la mayoría de los oradores, Lingeri destacó la profunda desigualdad existente entre ricos y pobres en esta cuestión vital. "Yo vivo en Bogotá, a 2600 metros de altura, y los que viven abajo tienen agua contaminada: ¿es ético? ¿Tenemos ciudadanos de primera categoría y ciudadanos de segunda y tercera categoría?", se preguntó, a su turno, el experto colombiano Jorge Triana Soto.

El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, recordó que la Biblia comienza con referencias al agua y que para este texto sagrado el agua "es espíritu y es salvación". El cardenal brasileño Claudio Hummes, director del seminario, señaló luego la urgencia de debatir sobre esta cuestión en forma interdisciplinaria para que pueda darse un cambio, ya que "el derecho humano al agua es incontestable". Recordó que la cuestión del acceso al agua potable y de la calidad del agua suelen afectar especialmente a los pobres, como escribió Francisco en su encíclica Laudato Sí y aseguró que la Iglesia católica debe ayudar a que la sociedad civil se forme e informe sobre la crisis en acto, para que pueda comenzar un proceso de cambio.

A la hora de los debates, el filósofo Gianni Vattimo, dijo que había que llevar la discusión a la actualidad y denunció la brutal contaminación del agua subterránea provocada por las grandes industrias. "Debemos pasar de la geología a la política. No podemos imaginar una política del agua más injusta que la actual", dijo. "¿Quién envenena los pozos, quién arruina el agua, quién contamina? ¿Quiénes son nuestros enemigos, que nos impiden tomar agua limpia?", se preguntó.

En diálogo con LA NACION durante una pausa café, Vattimo comentó la contradicción implícita en el hecho de que una multinacional como Coca Cola fuera una de las empresas auspiciantes del seminario: "aunque me escandalizaría más que estuviera auspiciado por la National Rifle Association", dijo, provocador como siempre. En la misma charla Ugo Mattei, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de California y de Derecho Civil en la Universidad de Turín, que también participa en el evento, denunció que para hacer 1 litro de esa bebida gaseosa se consumen 50 litros de agua, "una locura".

Más tarde, en su intervención, en la que denunció la explotación de las capas freáticas de la mayoría de las industrias, que no tienen en cuenta el medio ambiente, sino sólo piensan en sus ganancias, la socióloga holandesa Saskia Sassen aseguró que Coca Cola fue expulsada de la India justamente por ese motivo.

 

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