Paz en Colombia debe reparar el daño a las víctimas: Papa

Paz en Colombia debe reparar el daño a las víctimas: Papa

Francisco escribe al pueblo colombiano, anima el avance del proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla y asegura que viajará "pronto" a ese país sudamericano

“Hay que arriesgarse a cimentar la paz desde las víctimas”. Con una larga carta, el Papa tomó posición en el proceso de paz en Colombia. Mientras las negociaciones entre el gobierno y la guerrilla sufren un impasse, Francisco animó a seguir adelante. Pero advirtió que la verdadera pacificación debe restaurar la dignidad y reparar el daño de quienes padecieron la violencia. Y anticipó que viajará pronto a ese país sudamericano, pero no especificó cuándo. 

A nombre del pontífice, la misiva fue firmada por el secretario de Estado del Vaticano Pietro Parolin. Fechado el 31 de marzo pasado, está dirigido a Luis Castro Quiroga, arzobispo de Tunja y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana. 

El texto fue claro sobre uno de los puntos más discutidos de las negociaciones entre los delegados de la administración del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que iniciaron en 2012 y todavía continúan en La Habana. En varios de sus párrafos defendió el derecho de las víctimas a ver reconocido públicamente su dolor.

 

“La construcción de la paz es un proceso complejo, que no se agota en espacios o en planes de corta duración. El Papa manifiesta gran afecto, cercanía y solidaridad, a quienes han padecido las consecuencias del conflicto armado en todas sus expresiones”, indicó. 

“Se ha de seguir adelante animando su compromiso con los desplazados, con los sobrevivientes de las minas antipersona, con quienes han sufrido el despojo de sus bienes, con los secuestrados, con todas las personas que han padecido en diversas formas, y también con las víctimas de décadas de injusticia, inequidad y marginación”, agregó. 

La carta reveló que Jorge Mario Bergoglio ha visitado varias veces Colombia, admira de sus habitantes la alegría y la laboriosidad, además de ser consciente de la “importancia crucial” del momento presente, en el cual todos “están buscando construir una sociedad más justa y fraterna”. Llamó a no perder el ánimo y la esperanza ante las dificultades, y a seguir trabajando por la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. 

Además urgió a toda la Iglesia a asumir el riesgo de convertir las parroquias e institución eclesiásticas en “hospitales de campo”; lugares seguros en los que se puedan reencontrar quienes experimentaron las atrocidades y quienes “actuaron desde la orilla de la violencia”. 

“Que en la Iglesia todos hallen sanación y oportunidades para recuperar la dignidad perdida o arrebatada. Que allí se haga posible el arrepentimiento, el perdón y la decisión de no reproducir nuevamente la cadena de la violencia. Que aquellos que actuaron desde la violencia, allí puedan reconocer las dolorosas consecuencias de sus acciones, con las cuales no solamente han hecho daño a las víctimas, sino que han herido asimismo su propia dignidad humana”, añadió. 

Insistió que ese “hospital” incluya las “periferias de dolor”, que atienda el resentimiento y el odio que se generan en todos los conflictos, desde los familiares hasta los de mayor envergadura. 

Llamó a todos los católicos a seguir trabajando en favor de la justicia, de la fraternidad, de la solidaridad, del diálogo y del entendimiento, que son fundamentos de la construcción de una sociedad renovada. 

“Hay que forjar la paz desde quienes viven la marginalidad y la pobreza extrema, desde quienes no son incluidos en la sociedad. Edificar una paz estable y duradera significa también trabajar por unas sanas relaciones en las familias, afectadas hoy por preocupantes situaciones de violencia para que, trasformadas por la fuerza del evangelio, sean semilla y escuela di una cultura de paz y de reconciliación”, dijo. 

“El santo padre desea trasmitir estas reflexiones al amado pueblo colombiano, a sus pastores y a sus autoridades, en espera de poder encontrarlos pronto, durante uno de sus viajes a América Latina, para llevarles personalmente el mensaje de paz de Cristo, el señor”, estableció.

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