Chile, el Papa encuentra algunas víctimas de abusos y llora con ellas

Chile, el Papa encuentra algunas víctimas de abusos y llora con ellas

El encuentro privado, sin la presencia de otras personas, ha tenido lugar después del almuerzo en la nunciatura apostólica de Santiago. Son personas violadas por hombres de la Iglesia

En el día en el que ha manifestado su vergüenza por los abusos sexuales a menores cometidos por exponentes del clero y de religiosos, pidiendo perdón y asegurando que la Iglesia hará de todo para que estos hechos no se repitan, Francisco ha encontrado y abrazado de forma estrechamente privada a algunas víctimas. No se sabe cuántas han sido (se habla de un pequeño grupo), ni tampoco se saben los nombres.  

 

El encuentro tuvo lugar el martes 16 de enero, tras el almuerzo, en la sede de la nunciatura apostólica de Santiago de Chile. El escándalo de pedofilia, que involucró a decenas de sacerdotes, algunos influyentes como Fernando Karadima, formador de muchos curas algunos de los cuales han sido luego obispos, ha marcado profundamente la actitud de muchas personas hacia la Iglesia católica en el país. Recientemente, en agosto de 2017, han salido a la luz nuevos casos que tienen que ver con un religioso marista.  

 

El director de la Sala Stampa de la Santa Sede, Greg Burke, ha dicho que “el encuentro tuvo lugar de forma privada y que no había nadie más presente, solo el Papa y las víctimas”. De este modo, ha continuado el portavoz, “han podido contar a Francisco sus sufrimientos y él los ha escuchado, ha rezado y ha llorado con ellos”. Burke no ha querido precisar con qué casos estaban relacionados y ha dicho que el encuentro ha durado “poco más de media hora”.  

 

El Papa Francisco, siguiendo el ejemplo del predecesor Benedicto XVI, se había reunido con víctimas en septiembre de 2015 en Filadelfia. En aquella ocasión les dijo: “Las palabras no consiguen exprimir completamente mi dolor por el abuso que habéis sufrido. Sois hijos preciosos de Dios y deberíais esperar siempre nuestra protección, nuestro cuidado y nuestro amor. Siento profundamente el hecho de que vuestra inocencia haya sido violada por aquellos de los que os fiabais”.  

 

Por aquellos “que han sufrido abusos por parte de un miembro del clero, siento profundamente todas las veces que vosotros y vuestras familias han denunciado los abusos y no habéis sido escuchados o creídos. Os pido que creáis que el Santo Padre os escucha y os cree. Siento profundamente que algunos obispos hayan faltado a su responsabilidad de proteger a los niños. Es muy preocupante saber que en algunos casos han sido los mismos obispos los que han cometido los abusos. Os prometo que seguiremos el camino de la verdad, donde sea que nos lleve”.  

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