Sergio Buenanueva, de San Francisco (Córdoba), reflexionó sobre el paso histórico dado. Dio detalle del monto realmente recibido, siempre por debajo de lo que indicaba la ley; y aseveró: "A la Iglesia no la sostiene el Estado. No lo ha hecho ni lo hará".
El obispo Sergio Buenanueva, de San Francisco (Córdoba), hizo algunas precisiones sobre la renuncia a la asignación del Estado nacional a los obispos y que acaba de llegar a su fin, según confirmó oficialmente la Conferencia Episcopal Argentina.
El prelado cordobés utilizó algunos párrafos de una respuesta suya a una amiga que le hizo algunas preguntas sobre lo que implica la renuncia a la asignación que el Estado nacional, cumpliendo el mandato constitucional, hacía a la Iglesia católica en la persona de los obispos, y que ha terminado este 31 de diciembre.
Tras recordar que la renuncia al aporte del Estado nacional se pactó en la administración de Mauricio Macri, precisó: "desde entonces, el monto de la asignación a los obispos ha aumentado muy poco (por ejemplo, al ritmo de la inflación). La de diciembre de 2023 (que fue el último mes con ese aporte) fue de $ 56000".
"Por eso, para obispados como el de San Francisco no ha significado una dificultad grave. Se ha ido absorbiendo con los ingresos habituales que llegan a la Administración del Obispado (aportes de parroquias, colegios y otros ingresos)", puntualizó.
Buenanueva señaló que "en previsión de lo que esta renuncia significaría para las diócesis más pobres, la Conferencia Episcopal creó un fondo solidario en el que las diócesis han ido aportando para compensar a las iglesias más necesitadas".
"Los obispos jubilados que solicitaron la jubilación especial del Estado tuvieron que renunciar a toda jubilación para la que hubieran estado aportando, por ejemplo, FIDES (la jubilación de los curas) u otra. Pero tampoco ese monto tuvo aumentos, por eso, los jubilados están recibiendo ahora $ 98.000", indicó.
El obispo aclaró, además, que "nunca las asignaciones para los obispos (el mal llamado “sueldo de los obispos”) fue abonado según la ley. Siempre fue menor al monto establecido".
"En nuestra última Asamblea los obispos aprobamos un monto base para la asignación mensual de todos los obispos que, a valores actuales (para diciembre, por ejemplo) es de $ 208.000. El índice para ajustar según inflación es el de UTEDYC. Esto vale para obispos residenciales, auxiliares y jubilados", anunció.
"Como ocurre con los sacerdotes que trabajan en las parroquias, son los consejos de asuntos económicos parroquiales los que tienen que abonar la asignación, más el aporte jubilatorio y la seguridad social; así también son los obispados los que abonan lo mismo a los obispos. En el caso de los jubilados es la diócesis de la que fueron obispos la que tiene que abonar la asignación o compensar lo que falta al monto establecido", detalló.
Buenanueva consideró que "la cuestión de fondo es seguir creando conciencia de que, ya ahora, somos los católicos los que sostenemos la obra evangelizadora de nuestra iglesia (parroquias y diócesis), pero tenemos que seguir trabajando para crecer en esa conciencia y en el aporte de dinero, tiempo y talentos al servicio de la evangelización".
"A la Iglesia en Argentina no la sostiene el Estado. No lo ha hecho ni lo hará, aunque es cierto que, para muchas obras, sobre todo extraordinarias, entre otros recursos, también podemos solicitar al estado, pues es el estado el que administra nuestros impuestos. Y los católicos también los pagamos", reconoció.
"Valía la pena la explicación un poco larga", concluyó.
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