El miércoles 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, la Iglesia celebra el Día del Catequista Nativo y del Instituto Español de Misiones Extrajeras (IEME). Bajo el lema “Para que todos tengan vida”, se recuerda a los verdaderos protagonistas de la evangelización en las Iglesias de misión.
En América, Asia y sobre todo en África la labor de los catequistas nativos es inestimable, por la cercanía al pueblo de Dios en su vida cotidiana y por cómo plantan y cultivan la semilla de la fe, por enseñar a rezar a los más pequeños y vivir con coherencia a los mayores.
En un tiempo de cambios continuos, en estos últimos años, la forma de ver y de pensar la misión también se ha transformado. Atentos a la nueva realidad en la que vivimos y sintonizados con el proyecto de Jesús, el gran misionero, el papa Francisco también nos anima en esta dirección: “La Iglesia tiene que ser una Iglesia en salida”, ha asegurado el Pontífice. A día de hoy, la misión se debe desarrollar en todas direcciones: yendo a otras tierras y anunciando el evangelio también aquí.
La mitad de la colecta de ese día, correspondiente a los catequistas en los territorios de misión, se entrega a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, que lo destina a su sostenimiento y formación. La otra mitad va destinada al Instituto Español de Misiones Extranjeras, pionero en la toma de conciencia de que todo cristianos es misionero, sea religiosa o religioso, sacerdote o laico.
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