El obispo catamarqueño Luis Urbanc cumplió con el rito de llevar la imagen de la Morenita del Valle desde el Camarín hasta el Paseo de la Fe, abriendo las fiestas en honor a la patrona. Las festividades culminarán el domingo 1° de mayo con la procesión.
Con la tradicional bajada de la sagrada imagen de la Virgen del Valle, desde el Camarín hasta el Paseo de la Fe, dieron inicio las fiestas en honor a la Patrona de Catamarca.
Con gran presencia de fieles y de autoridades provinciales, encabezado por el por el vicegobernador Rubén Dusso y el intendente de la Capital, Gustavo Saadi, Catamarca comenzó a vivir las fiestas en honor de Nuestra Madre del Valle, en el 131° aniversario de su coronación pontificia y con espíritu sinodal, en el marco de la preparación para el Sínodo de 2023, convocado por el Papa Francisco y para la Asamblea Diocesana 2022.
En esta oportunidad, el tema de las fiestas será “Creer, amar y celebrar como Iglesia sinodal”, a tono con este tiempo marcado por el compromiso de trabajar juntos como discípulos misioneros en salida. Las festividades en honor a nuestra Madre del Valle culminarán el próximo domingo 1 de mayo con la solemne procesión.
La tradicional ceremonia fue presidida por el obispo diocesano Luis Urbanc, quien trasladó en brazos a la bendita imagen, acompañado por sacerdotes del clero diocesano, hasta el atrio de la catedral basílica y santuario mariano.
En el Paseo de la Fe la esperaban los devotos, quienes fueron testigos una vez más de este emotivo momento en que la Madre de Jesús se acerca a su pueblo para inundar de gracia los corazones. Vivas, pañuelos flameando y rostros emocionados fueron los gestos de esta jornada mariana.
En el momento de su reflexión, Urbanc destacó que este año honramos a la Madre del Valle “trabajando la dimensión sinodal de la Iglesia y preparando nuestra Asamblea Diocesana, que tendrá lugar el 1 de octubre venidero, Dios mediante”.
Se refirió a la Palabra de Dios, tomada del libro de los Hechos de los Apóstoles, en la que afirma que “‘todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común’, es decir, que creían y se amaban de verdad, y, además, ‘todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones’, es decir, celebraban la fe. Esto derivaba en que ‘eran queridos por todo el pueblo’”.
“Esto es vivir con espíritu de sinodalidad. Alcanzar este ideal que vivieron los primeros cristianos es nuestro objetivo diocesano”, enfatizó, invitando a que “recemos durante este septenario para que no quede en un mero deseo, sino que se haga realidad lo que Jesús espera de su Iglesia de Catamarca, que ha confiado de un modo muy especial al amor y custodia maternal de la Santísima Virgen María, la Pura y Limpia Concepción”.
Hacia el final, le pidió a la Virgen del Valle “que nos enseñe el camino y nos muestre cómo alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto de ser más sinodales en nuestro modo de pensar, dialogar, sentir y obrar”. “No permitas que perdamos el rumbo, ni que la ignorancia o la presunción nos lleve por falsos caminos. Alcánzanos del Espíritu Santo el don del discernimiento para que lo que decidamos no esté contaminado de prejuicios o falsos razonamientos. Condúcenos a la unidad inspirados en tu amor maternal, en tu ejemplo de fe, esperanza y amor y en tu fidelidad a la Voluntad de Dios”.
En el momento de la adoración a Jesús Sacramentado se rezó la oración por la canonización del Beato Mamerto Esquiú.
Y luego de la bendición final, la sagrada imagen ingresó al templo.
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