La Declaración presentada en la Malmö Arena para reforzar la colaboración en la ayuda a los refugiados, para la reconciliación y la paz, para el desarrollo sostenible.
ANDREA TORNIELLI - ENVIADO A MALMÖ
Es un primer fruto de este día que termina en Malmö, Suecia, durante la visita de Papa Francisco. En la Malmö Arena, al final del encuentro ecuménico, firmaron una declaración de propósitos Michel Roy, de Caritas Internationalis, y Maria Immonen, director del World Service de la Federación Luterana Mundial, para reforzar el compromiso común a favor de los pobres, de los refugiados y por el desarrollo sostenible.
En el preámbulo del documento se recuerda que la Caritas Internationalis nació en 1951 en el ámbito de la Iglesia católica y que cuenta con otras 165 Caritas nacionales confederadas y distribuidas entre 200 países. «En el servicio y en la defensa de los pobres, promueve una civilización del amor». La Federación Luterana Mundial «se ha comprometido con la diaconía y el servicio desde su fundación en 1947. World Service, el brazo diaconal de la FLM, se concentra particularmente en las necesidades de los refugiados y en los desplazados internos que requieren asistencia sanitaria».
Caritas Internationalis y el World Service «han trabajado juntos en diferentes ocasiones durante las últimas décadas, en muchos países y regiones, para afrontar las causas profundas de la pobreza y las crisis humanitarias». En ocasión de los 500 años de la Reforma, los dos organismos pretenden, pues, dar un paso más en el compromiso común.
«Nosotros creemos —se lee en la declaración— que las comunidades de fe y las organizaciones con las cuales estas se comprometen están en la posición ideal para combatir la pobreza extrema en todas sus dimensiones. No solo porque estas comunidades están presentes en todo el mundo, sino también porque cuando son entrenadas, organizadas y acompañadas, son la mejor respuesta a los desastres, los mejores promotores de desarrollo humano integral y sostenible».
«Lo que nos anima —continúa el documento— es nuestra fe y, en un mundo secularizado, esto es una gran diferencia: la valentía, el compromiso, la constancia, correr riesgos, la convicción de que Dios está con nosotros para afrontar el mal y reconstruir vidas. Como organizaciones cristianas mundiales que trabajan por la dignidad humana y la justicia social, hemos decidido unir nuestras manos. Para llevar la esperanza. Para ofrecer testimonio y actuar juntos, sin ser exclusivos. Y hemos decidido invitar a nuestros miembros a comprometerse localmente con sus contrapartes y amigos».
Los propósitos contenidos en la declaración común son los de «crear oportunidades», comprometerse en la cooperación, en «regulares discusiones estratégicas» comunes, compartir enseñanzas, desafíos y oportunidades. Las zonas de cooperación identificadas son: los refugiados, los desplazados internos y los migrantes; la construcción de la paz y de la reconciliación, la preparación y la respuesta humanitaria, la implementación de los objetivos para el desarrollo sostenible, la acción y la programación entre las religiones. Todo ello se concretizará en encuentros y discusiones comunes, con la ayuda de expertos, y en la realización de programas comunes cuando sea posible. Hay también una invitación a los miembros de la Caritas y del World Service de la Federación Luterana Mundial a cooperar y comprometerse en programas comunes a nivel local.
Comentá la nota