El tercer informe de Cáritas Europa sobre el impacto de la crisis económica entre los países de la UE revela que las políticas implementadas para priorizar la austeridad «no están funcionando» en Europa y que después de 6 años de crisis económica, «los pobres siguen pagando por una crisis que no causaron».
Además, revela «preocupantes» niveles de pobreza y privaciones en los siete países de la UE más duramente golpeados por la crisis económica: Chipre, Grecia, Irlanda, Italia, Portugal, Rumania y España.
La institución católica afirma que la UE y sus estados miembros «siguen abordando la crisis centrándose, principalmente, en las políticas económicas y, sobre todo, en los gastos de las políticas sociales».
Como resultado de ello, según indica la organización, la puesta en marcha de estas políticas «está teniendo un impacto devastador en la población europea, en particular en esos siete países más afectados». Además, Cáritas denuncia «la incapacidad de la UE y de sus estados miembros a la hora de prestar apoyo concreto y con el alcance necesario a las personas con dificultades, de proteger los servicios públicos esenciales y de crear empleo contribuirá a una prolongación de la crisis».
Con este Informe, Cáritas Europa cuestiona duramente el discurso oficial, que sugiere que lo peor de la crisis económica ha pasado. A su juicio, «la crisis no ha remitido y las opciones políticas actuales están teniendo un impacto extremadamente negativo en las personas vulnerables».
El secretario general de Cáritas Europa, Jorge Nuño, ha señalado que «este informe hace una llamada a adoptar soluciones políticas alternativas y recuerda que los políticos tienen varias posibilidades cuando deciden qué medidas adoptar para paliar los peores efectos de la crisis».
«El mundo que documenta este informe no es justo. Y constata, además, que haber dado prioridad a las medidas de austeridad no ha solucionado la crisis, sino que ha causado problemas sociales que tendrán un impacto duradero», subraya.
Pobreza infantil: España, en cuatro lugar
Concretamente, el documento recoge los datos de España, donde la tasa de riesgo de pobreza infantil se ha reducido del 33,8% en 2012 a un 27,5% registrado en 2013, bajando del segundo al cuarto puesto entre los países de la Unión Europea con más pobreza infantil, sólo por detrás de países como Romanía (32,1%) Grecia (28,8%) y Bulgaria (28.4).
El informe señala que la crisis en la UE ha sido especialmente grave en los niños por la insuficiencia de los beneficios, los recortes y otras restricciones ya que ha impactado negativamente en los países que ya tenían un alto o muy alto nivel de pobreza infantil y exclusión social. Por debajo de España se encuentran Lituania (26.9), Italia (24,8%) o Portugal (24,4%), que tuvieron el quinto, sexto y séptimo puesto con las tasas más altas, respectivamente.
En este sentido, Cáritas Europa considera que la lucha contra la pobreza familiar e infantil debería ser una de las prioridades de la Unión Europea con elementos de fiscalidad favorable para las familias, el apoyo no discriminatorio a las mismas, las respuestas a las necesidades especiales de las familias migrantes y la garantía de cuidados familiares adecuados.
Además, propone solicitar a todos los estados miembros la inclusión de una sección específica en sus Programas Nacionales de Reforma (PNR) que especifique sus principales prioridades para la implementación de la Recomendación de la UE sobre la Inversión en la Infancia, así como informar sobre sus avances.
A juicio de Cáritas, la falta de oportunidades de empleo para los jóvenes, un aumento de los puestos de trabajo temporales junto con la falta de formación adecuada y un apoyo social insuficiente están poniendo a la juventud en un mayor riesgo de pobreza y precariedad. Como resultado, su contribución potencial y futura a la sociedad se ve socavada, según añaden.
Por eso, la ONG reclama que los programas del Fondo Social Europeo y la Garantía Juvenil10 se implementen sin demora y se adopten programas nacionales complementarios en caso necesario. Asimismo, considera que la Comisión Europea debe asegurarse de que los programas financiados por la UE no contribuyan a la creación de puestos de trabajo insostenibles y precarios.
1,3 Millones de españoles pidieron ayuda a Cáritas
El documento resalta que el crecimiento del número de personas atendidas desde el inicio de la crisis en España ha pasado de 370.251 en 2007 a 1,3 millones en 2012. El 26% son personas individuales, mientras que el 74% son familias. Además, en 2012 un tercio de estas personas (340.000) acudieron a Cáritas por primera vez.
Las razones por las cuales las personas buscan ayuda son, en gran parte, por las consecuencias de una pérdida sostenida de puestos de trabajo o la precariedad laboral, lo que reduce drásticamente las posibilidades de que exista suficientes ingresos en muchos hogares.
Cáritas considera que la reducción de la financiación de la protección social añade otra dificultad que pone en peligro el acceso a las necesidades básicas. Casi el 70% que solicita ayuda reclama alimento, seguido por la necesidad de ayuda con la vivienda y la necesidad de ayuda para encontrar trabajo.
Además, el informe también reclama que las estrategias nacionales de integración de la población gitana incluyan objetivos específicos en las cuatro áreas clave: el acceso a la educación, el empleo, la salud y la vivienda, y deben aplicarse de manera efectiva en el ámbito local mediante la asignación de responsabilidades y recursos específicos.
También considera que las instituciones deben reforzar la participación de la sociedad civil y de otras partes interesadas por medio de la discusión de los programas en los parlamentos nacionales y las consultas con los ciudadanos.
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