El cardenal primado, Mario Aurelio Poli, se encuentra en la Colonia San José desde hace algunos días, donde oficiará misas hasta el miércoles 1º de febrero. El arzobispo de Buenos Aires cumplió 75 años el 29 de noviembre y renunció como autoridad del distrito eclesiástico más importante del país, cumpliendo las normas canónicas que rigen a la Iglesia.
Esa renuncia ya está en el Vaticano y a disposición del Papa Francisco, que debe firmar su aceptación. Hasta no hace mucho este límite podía extenderse sin plazo por la sola decisión del Papa, algo que cambió recientemente por decisión del propio Francisco. A pesar de que Poli renunció, aún no fue designado su sucesor.
El actual primado, que fue Obispo de la Diócesis de Santa Rosa durante casi cinco años (de junio de 2008 a mayo de 2013), regresó recientemente a La Pampa para participar de las Bodas de Oro de vida consagrada de la hermana María Ester Cortavarría, actual encargada cargo del Santuario de San José.
Desde el jueves, y hasta el próximo martes, Poli oficiará misas diarias desde las 19 horas, en ese santuario. El miércoles, antes de regresar a Buenos Aires, celebrará misa a las 10, en el marco de la peregrinación mensual al Santuario.
Antes de viajar a San José, Poli compartió misas con el cura Juan Carlos Cipolla en la Catedral, y con David Aguirre, en la parroquia de la Medalla Milagrosa.
La hermana María Ester, gran homenajeada con la presencia del cardenal, llegó a sus bodas de oro. A modo de homenaje, Poli ofició una misa ayer en la histórica iglesia de Colonia San José, recientemente proclamada Santuario Diocesano. Los festejos por el aniversario de Cortavarría continuaron anoche con una cena.
Visita inesperada
Durante su estancia en Santa Rosa, Poli aprovechó para visitar a una familia. "Hace muchos años que lo conocemos y cada vez que viene pasa un ratito a dar una bendición a nuestra familia, especialmente a mi hijo. Cuando estaba acá como obispo tuvimos la oportunidad de que nos visitara por primera vez, y desde entonces siempre trata de estar en contacto" contó Fabiana Nely Albornoz.
La mujer resultó sorprendida por su repentina llegada: "vino el miércoles y me tomó de sorpresa porque no sabía que estaba en la ciudad. Estaba sola con mi hijo cuando llegó un vehículo de la diócesis, y al abrir la puerta me encontré con era él. Después de 10 años volvió a visitarnos y fue una sensación que no se puede explicar, mezcla de emoción y alegría. El tiene contactos con tanta gente, y que se acuerde de nuestro hijo, produce una emoción inexplicable. Le dio la bendición a él y a toda la familia. Justo estaba por irse cuando llegó mi hija, que es scout. Le pedí permiso para tomarle una foto, porque si lo cuento nadie lo cree. Fue una bendición y un orgullo su inesperada visita", concluyó.
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