En Jordania y en Irak
«He admirado y quedé edificado por la generosidad de muchos»: encaminándose hacia Bagdad tras visitar dos parroquias en Amán, el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, ha recibido una auténtica lección de humanidad y de fe, en lugares donde el hombre y sus derechos son pisoteados de modo sistemático.
Tras su visita de agosto pasado, el prefecto de Propaganda Fide volvió a Irak para llevar la bendición y la ayuda concreta del Papa Francisco a las familias cristianas y a los demás grupos que, a causa de las violencias de los yihadistas, fueron obligados a dejar sus casas. La primera etapa de su viaje fue la capital jordana, donde las dos parroquias que visitó acogen a refugiados iraquíes, independientemente de la religión que profesan, por el momento son casi veinte familias. «Es hermoso –dice– ver que logran volver a encontrar una dignidad propia y amistad». En la parroquia de María Madre de la Iglesia funciona también una escuela vespertina para los hijos de los refugiados (trecientos niños), se da un curso de inglés y tiene un lugar de encuentro para adultos. El cardenal está ahora en Bagdad donde ya ha visitado un campo de refugiados.
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