Card. Poli, en Corpus: 'Seamos una Iglesia de la Eucaristía, misionera y solidaria'

Card. Poli, en Corpus: 'Seamos una Iglesia de la Eucaristía, misionera y solidaria'

El administrador apostólico de Buenos Aires, desde el atrio de la catedral porteña, presidió la celebración y la procesión de Corpus Christi por última vez antes de la sucesión arzobispal.

El administrador apostólico de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, presidió por última vez este sábado la misa y procesión del Corpus Christi desde el atrio de la catedral metropolitana, ocasión en que destacó que esta fiesta pública y profundamente religiosa “pertenece a la cultura porteña”, y animó a renovar la convicción de ser “la Iglesia de la Eucaristía, misionera y solidaria, como nos enseñó el Sínodo”.

“Es decir, Iglesia que celebra la vida de punta a punta de nuestra existencia, porque no dejamos de valorar que cada uno de nosotros salimos de las manos del Creador, quien ha dejado la impronta de su imagen y semejanza en todos sus hijos, destinados a la gloria”, sostuvo.

La expresión pública de fe llevó por lema "Eucaristía, pan compartido", y enmarcó la despedida del cardenal Poli, quien próximamente dejará el gobierno pastoral de la arquidiócesis, tras diez años de misión, en manos de su sucesor, monseñor Jorge García Cuerva.

La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares de Buenos Aires, el obispo electo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan Carlos Ares, y los obispos eméritos José Luis Mollaghan (Rosario), Antonio Marino (Mar del Plata) y Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús).

Poli, a los jóvenes: "Corpus es un encuentro"

El cardenal Poli esperó, en la intercesión de Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo, a los jóvenes que habían salido al mediodía de Plaza Miserere, en el marco de la "Marcha del Corpus" a través de la Ciudad, y les dirigió un mensaje.

“Corpus es un encuentro. El encuentro de Jesús con su pueblo. Un encuentro feliz y que tiene muchas raíces; hace 400 años que lo venimos haciendo en la ciudad de Buenos Aires. Es feliz, porque encontrarse con Jesús, vivo, siempre nos da alegría”, afirmó ante los jóvenes.

 

 

 

“El Corpus es un encuentro, y en este encuentro vamos a comulgar con Él, con su Cuerpo y con su Sangre. Jesús nos ha dejado su Cuerpo y su Sangre en los signos sacramentales del pan y del vino. ¡Qué bueno Jesús, que se da para comer y beber!”, agregó.

El purpurado invitó a los jóvenes a comulgar, a “no quedarse sin Jesús en su corazón”, en la misa del Corpus. “Él es el motivo de esta fiesta”; y termino vivando a Jesús, a María y al santo pueblo de Dios.

María, templo del Hijo de Dios

En la homilía, el cardenal Poli recordó que “nada nos dignifica tanto como comer el Pan de los hijos, el que nos fortalece para seguir caminando en la vida. Él borra en nosotros toda culpa”, y consideró necesario evocar a la Santísima Virgen María en esta solemnidad, al señalar que “Ella es el templo del Hijo de Dios, Quien habiendo entrado en su seno sin cuerpo, salió de ella revestido de un cuerpo”.

“Te damos gracias, Virgen Inmaculada, porque aceptando junto a la cruz el testamento del amor divino con ternura maternal, eres refugio de los pecadores, consuelo de los humildes y Madre de los redimidos; mientras comulgamos con el Cuerpo y la Sangre de tu hijo amado, queremos que sepas que no dejamos de pensar en ti. ¡El Corpus Christi tiene una Madre y se llama María!”, concluyó.

Tras la celebración eucarística, el cardenal Poli encabezó la procesión alrededor de la Plaza de Mayo encabezada por la custodia del Santísimo Sacramento, bendijo con Él a los fieles y renovó la consagración de la Ciudad y de la arquidiócesis a Nuestra Señora de Luján.

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