“Me gusta pensar en esta Asamblea como el lugar y el momento en que toda la Iglesia misionera, presente y activa en todos los pueblos y culturas, se reúne en comunión fraterna, por el servicio de la evangelización...
La Congregación para la Evangelización de los Pueblos y las Obras Misionales Pontificias tienen el privilegio de ser proyectada más allá de las fronteras de sus iglesias locales y de su propia patria”. Así ha hablado el cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en la apertura, el lunes, 1 de junio de los trabajos de la Asamblea General Anual de las Obras Misionales Pontificias , que se prolongarán durante toda la semana .
“Nuestro servicio misionero y nuestras instituciones están en el corazón de la Iglesia” ha reiterado el cardenal, haciendo hincapié en tres eventos: el Año de la Vida Consagrada, “que debe fomentar un impulso de la evangelización del hombre contemporáneo, a través del testimonio de Cristo con una radicalidad evangélica renovada, con la creatividad de la caridad, y el papel profético, necesario y urgente en nuestro tiempo”;luego el Jubileo extraordinario de la Misericordia, que “puede ser una razón de peso para impulsar con más coraje nuestras actividades”; por último el 50 aniversario de la publicación del Decreto conciliar Ad Gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia, a la que ya se han dedicado varias iniciativas y que será el tema de la sesión plenaria de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en noviembre: “Será un momento fuerte, destinado a estimular una lectura de la situación de las Iglesias en los territorios de misión, de la obra de la evangelización, de las dificultades que hay que afrontar hoy, y del servicio especial que requieren de la congregación”.
Recordando el tema de la sesión pastoral de la Asamblea, “Cómo sostener la misión de hoy y de mañana”, leído a la luz de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Cardenal Filoni ha subrayado como necesario que “en esta búsqueda regresemos a los esencial”. Identificando los criterios adecuados para la cooperación misionera moderna, ha reiterado que esta “no puede agotarse en la recogida de donaciones, que sin embargo son necesarias para financiar y ayudar a las iglesias locales para hacer su servicio en el cuidado pastoral y la evangelización”. Sino que además hay que formar a las personas “al verdadero significado de la Iglesia, tal como expresaba el beato Pablo VI”. “Desafortunadamente lamentamos una pérdida del sentido de la Iglesia en Occidente y por lo tanto de un debilitamiento de la cooperación misionera. Esto también se refleja en la disminución de las donaciones”, ha anotado.El Prefecto del Dicasterio Misionero se ha detenido también en la importancia de la cooperación eclesial: los nuevos sujetos misioneros y los diversos organismos eclesiales nacidos sobre todo después del Concilio “tienen todos como objetivo la actividad evangelizadora y la ayuda a las Iglesias de los territorios de misión”, y por lo tanto las Obras Misionales Pontificias “deben insertarse en esta programación misionera, conscientes de que la responsabilidad misionera, a la que han ayudado a crear en toda la Iglesia, ahora es un elemento que caracteriza a todas las Iglesias locales”. “No debemos ver en ellas a competidores” ha recomendado el cardenal Filoni, instando en su lugar a trabajar para abrir “una línea de comunicación entre estos organismos para que se implemente, en la medida de lo posible, una distribución equitativa de los subsidios”.
Por último el Prefecto del Dicasterio Misionero se ha detenido sobre la disminución de las donaciones, “una tendencia que sucede desde hace tiempo. Tal vez no todo se debe a la crisis financiera. Los factores son muchos”, y sobre la necesidad de dar la justa importancia a la Jornada Misionera Mundial, que “no debería constituir un hecho aislado, sino la conclusión de la animación misionera de todo el año, y sobre todo el mes de octubre, dedicado a las misiones. Depende de nosotros el que sea única y singular”.
Comentá la nota