La capilla San José Obrero no es una capilla más para los habitantes del bulevar. Es "la capilla", la misma que bendijo el arzobispo Monseñor Germiniano Esorto en 1967 y que de manera particular dejó su ubicación original en Ingeniero White, para recalar "del otro lado" de las vias.
Construida en 1913 por el Ejército de Salvación, cuando el edificio de madera y chapa quedó en desuso fue adquirido por los vecinos y reconvertido en templo católico. Supo sobrevivir al tiempo y a los cambios.
El Programa White 2020, impulsado desde el Consorcio de Gestión del Puerto en acuerdo con la Municipalidad, considera ahora su recuperación, puesta en valor y ampliación.
La idea
El programa, que apunta a la recuperación de la memoria identitaria de Ingeniero White, dentificó a la Capilla San José Obrero como "el único eslabón de arquitectura institucional en el Boulevar de la época del primer puerto, construida con métodos típicos de la arquitectura doméstica".
El singular hecho de que la construcción haya sido parte de White para luego ser mudada al Bulevar le otorga una significación adicional.
Fue un rescate hecho por vecinos, quienes trasladaron el edificio, es muestra una obra grande ante la historia, merecedora del mejor futuro.
"Entendemos a la obra como de altísimo valor patrimonial y baluarte estratégico de un patrimonio whitense. Con ese ánimo tomamos el desafío de intervenir el edificio con respeto y darle el impulso necesario que debe tener una revitalización urbana", menciona la memoria descriptiva de la obra, elaborada los arquitectos José María Zingoni, Arrigo Reale y Emiliano Reale
También participó del trabajo el arquitecto Alejandro Novacovsky, autor de la puesta en valor del Hotel Provincial en Mar del Plata, del Asilo Unzúe y del ex Palacio de Justicia en Rosario, entre otras obras relevantes.
Una capilla sobre ruedas
Un acontecimiento. Eso fue el traslado de la capilla San José desde White hasta el Bulevar. No hay precisión de cuando fue, aunque se sabe que entre 1966 y 1967. A fines de 1967 el templo fue bendecido "según las normas conciliares" por monseñor Germiniano Esorto ante cientos de vecinos.
Pero antes, hubo una mudanza. Del edificio entero. Roberto "Tucho" Ursino, destacado vecino whitense, ex delegado municipal, recuerda aquella historia. "Era chico y scout, la sede estaba vecina a la capilla, por eso pudimos ver cuando empezó la movida. Para nosotros fue todo un acontecimiento", indica.
El edificio de madera y chapa fue colocado sobre unos ejes con ruedas y llevado lentamente. Pese a los rumores sobre que el edificio no pudo cruzar los puentes de La Niña, Ursino asegura que por ellos se completó el viaje hasta el Bulkevar. "Antonio Fontán y Pedro Zubini se encargaron de manejar el vehículo", agrega. Las pocas fotografías de aquel momento muestran que al edificio lo tiró un camión y no un tractor, como mencionan algunos.
El templo
La capilla San José tiene cien años de existencia. "Desde lo simbólico y lo material es representante de una época fundacional", señalan.
Su conservación tiene una función social en la medida en que permite construir la identidad histórica y cultural de los habitantes. Esto supone la identificación de las partes agregadas y de lo restaurado respecto del original, contemplar la integración estética que respete los valores originales.
Habrá que cambiar chapas, retirar nidos y hormigueros, reparar filtraciones, arreglar pisos, reponer piezas. Nada que no se pueda realizar o que adquiera importancia frente a los resultados que importará la recuperación del lugar.
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