La difícil situación por la que pasan los familiares de pacientes en los hospitales públicos no pasa desapercibida para un grupo de ciudadanos, que iniciaron campañas de donaciones para hacer más llevadera la espera de aquellos que aguardan noticias de sus enfermos con Covid-19.
Así como las ollas populares se impusieron para dar de comer a miles de familias que quedaron sin nada en medio de la cuarentena total, que se declaró a principio de la pandemia en el país, la solidaridad vuelve a contagiarse, esta vez a favor de las familias de pacientes con Covid-19.
Desde hace varias semanas, vecinos y ciudadanos de distintas partes del país iniciaron campañas para recaudar víveres para la elaboración de almuerzos, minutas y dar algunas bebidas.
Otros optan por pedir leche, jugo, panificados y agua. También se encuentran los que llegan por la mañana temprano con cocido y mbeju para invitarles un rico desayuno, así como los que sorprenden con las cenas llevando pizzas.
También se llevan a cabo otras campañas para juntar productos de aseo personal y limpieza, así como alcohol en gel e insumos para los profesionales de la salud.
Las donaciones también llegaron de bomberos voluntarios y grupos religiosos que no se quieren quedar atrás.
La mayoría de ellos llegan hasta el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (Ineram) y el Hospital de Clínicas. El hospital escuela también inició una campaña de colchones y sillas reposeras, la cual fue respondida satisfactoriamente por la sociedad.
Las redes sociales nuevamente son el canal para iniciar estas recaudaciones apelando a la solidaridad que siempre caracterizó a los paraguayos.
Estas campañas se suman a las polladas, hamburgueseadas, pizzeadas y rifas que de por sí ya realizan amigos y familiares de pacientes internados con coranavirus que deben comprar medicamentos que se encuentran en falta en el sistema sanitario de todo el país.
Debido a los faltantes de medicamentos y sedantes muy costosos, la Arquidiócesis de Asunción, a través de la Pastoral Social, también destinó los fondos de la tradicional colecta de Cuaresma en la compra de medicamentos y además reciben alimentos para apoyar a las familias de los internados.
El espíritu solidario se contagia con rapidez en medio del aumento exponencial de casos positivos, la duplicación de muertes y el colapso sanitario. Mientras tanto, el Gobierno aún no responde a las necesidades sanitarias, con pocas vacunas, y tampoco ha desarrollado un programa de asistencia monetaria a las familias golpeadas económica y anímicamente por el virus.
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