La organización que agrupa a referentes de los credos argentinos denuncia ataques “inadmisibles” a la libertad de culto y avisa que, ante esta “gravísima situación”, pedirá la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA.
El Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) remitió una carta abierta al embajador de Nicaragua en Buenos Aires, Carlos Midence, en el que expresa su “profunda preocupación” por los recientes acontecimientos recogidos por la prensa nacional e internacional referidos a ataques registrados a la Iglesia Católica en ese país.
El organismo que agrupa a referentes de los credos advirtió que estos ataques “incluyen la detención o secuestro de obispos, sacerdotes y religiosos, su expulsión del país, el cierre o confiscación de medios de comunicación, y otras medidas igualmente inadmisibles”.
Al condenar todos y cada uno de estos hechos, el CALIR consideró que “significan no sólo un ataque a la Iglesia Católica, sino contra la libertad religiosa de todas las personas, de cualquier confesión, creencia, religión y de cualquier nacionalidad”.
“La libertad religiosa es el derecho que toda persona tiene de buscar y encontrar a Dios y darle culto en privado y en público, solo o asociado, de conformidad con su conciencia y sin ninguna coacción. Se funda en la intrínseca dignidad de la persona humana, en la naturaleza del acto religioso, que es personal, consciente e intrínsecamente libre, y en la necesidad y el deber de respetar a los demás en una sociedad pluralista y democrática”, recordó.
“Respetarla y promoverla es una obligación ineludible de los estados, que incurren en caso contrario en una serie responsabilidad internacional. La libertad religiosa, ya de por sí restringida y hasta negada en muchos países y lugares del planeta alcanza, con estos hechos, una situación de puesta en peligro, de limitación, que implica la necesidad de una concreta toma de conciencia y acción”, sostuvo.
Y afirmó: “No alcanza – nunca alcanzó, en verdad – con la mera condena verbal, por más explícita y contundente que ésta sea. Al igual que otros fundamentales derechos humanos, el derecho a la libertad religiosa, en sí y por sí mismo, debe ser sostenido, protegido, defendido como el que más, por todos, es decir, por las personas, por los Estados y por las Organizaciones Internacionales, y por todas las confesiones religiosas, no solo por aquellas cuyos fieles padecen estos hechos”.
El CALIR reclamó “respetuosamente” al gobierno de Nicaragua “el cese de la persecución, la liberación de los presos, el libre ingreso de los exiliados, la garantía de la libertad de expresión y prédica incluso mediante el uso de los medios de comunicación social y la realización de los actos públicos propios de toda confesión religiosa”.
“En nuestra condición de organización de la sociedad civil registrada ante la Organización de los Estados Americanos, solicitaremos la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante esta gravísima situación”, anticipó.
Firman la carta Juan Navarro Floria, Raúl Scialabba y Adrián Maldonado, presidente, vicepresidente y secretario del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR), respectivamente.
Comentá la nota