Lo expresó el padre Mario Ramón Tenti, que reflexionó acerca de la participación de jóvenes en esta ocasión en diálogo con Nuevo Diario.
En el marco del XV Retiro Espiritual en honor a la figura de Mama Antula, que tuvo lugar ayer en Villa Silípica, el presbítero Mario Ramón Tenti reflexionó sobre la importancia y el lugar que va teniendo esta actividad que viene hace años. Y además, la participación y el sentido de pertenencia de cada uno de los devotos que recorren miles y miles de kilómetros para llegar a participar.
Primeramente, en diálogo con Nuevo Diario, Tenti dijo: “Muy contento por este décimo quinto retiro, con mucha alegría por la cantidad de participantes. Estimamos entre 850 y 900 personas, más de lo que suele ser habitualmente. Contento también por la cantidad de jóvenes que han venido, que se sumen y participen activamente, eso nos da mucha satisfacción. Y en un clima de fe, de espiritualidad, donde se mezclan testimonios personales, la oración, el compartir, el canto, la devoción a Mama Antula”.
“Son experiencias de fe que nosotros tratamos de impulsar, pero que siempre la riqueza del pueblo de Dios es mucho más grande que lo que uno puede organizar o pensar. El amor a Dios trasciende cualquier cosa, que uno pueda hacer. Por más lindo o feo que te salga”, sostuvo.
“A medida que va pasando el tiempo, Mama Antula se va instalando cada vez más en el corazón de los santiagueños. Cada vez son más las diócesis que están entronizando la imagen de Mama Antula, en sus catedrales o alguna parroquia importante”, siguió.
Por último, agregó. “Y todo ese proceso a partir de la beatificación hace que los santiagueños la querramos, la amemos cada día más. Y sería hermoso que tratemos de imitar su vida. Este evento tiene dos cosas importantes: la expectativa de que pronto la Iglesia la canonice y declare formalmente como santa; y por otro lado, la gracia del papa Francisco, sobre las indulgencias plenarias”.
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