Las bochas y los palos también “hacen lío”

De la selección a Inglaterra. De Inglaterra a La Cárcova. Este es el lugar donde 20 chicos de la villa aprenden a jugar al cricket con el entrenador del equipo nacional, Daniel Juárez. Es un proyecto premiado a nivel mundial “que busca llamar la atención y dar herramientas de progreso”.

Por Ignacio Grimaldi

Daniel Juárez, Manager de la Selección Argentina Juvenil de Cricket, comenzó en 2009 a trabajar junto al Padre Pepe Di Paola, utilizando este deporte como método de integración en la Villa 21 de CABA. Seis años más tarde, este llamativo programa, el de llevar el cricket a lugares humildes, desembarcó en La Cárcova. “Al principio nos miraron todos raro”, confiesa Juárez, al recordar que éste no es un deporte tan popular sino más bien identificado con los clubes y colegios ingleses.

En estos casi 9 meses que lleva el proyecto se conformó el equipo de Cricket San Juan Bosco de donde han sido convocados algunos jugadores para el seleccionado nacional. Actualmente, 20 chicos entrenan. “Es un deporte que no solo integra sino da contenido cultural y enseña valores de respeto y cooperación”, señala Juárez.

El equipo de La Cárcova practicaba, hasta ahora, en un predio cedido por la empresa Cimet (Fábrica de cables radicada en José León Suárez) y, en adelante, el CEAMSE prestará sus instalaciones; aunque el deseo de su entrenador es poder tener una cancha propia.

La experiencia en La Cárcova es sumamente innovadora, pero no es la primera vez que se lleva a cabo. Juárez también es entrenador del Caacupé Cricket, equipo ganador de sudamericanos. Ambos proyectos cuentan con la ayuda de jugadores de la selección nacional que intensifican los entrenamientos de los chicos. En ese sentido, organizaciones australianas calificaron de ocho puntos sobre diez las prácticas de los equipos de Juárez.

Una vez por mes, el equipo de La Cárcova entrena con otros clubes. El caso más reciente fue con el Belgrano Athletic Club. “El encuentro es espectacular, hay integración y nadie dice que vienen los chicos de la villa sino de La Cárcova”- señala, orgullosamente, Juárez. De esta manera, se resaltan los valores de cohesión que tiene el deporte, una escuela donde todos son iguales. El entrenador es consciente de las diferencias socio-económicas de los chicos pero indica que ambos grupos demuestran una misma falencia: la falta de cariño. “A veces, ves a los chicos deseosos de tener el calor de la familia y la contención y, parece que no lo tienen. Eso es lo más importante, después viene el deporte”.

El proyecto “Cricket sin fronteras” ganó en 2013 el Premio Mundial al Desarrollo Vinculante, otorgado por la International Cricket Council de Dubai, que vendría a ser como la FIFA del fútbol y nuclea a 110 países que juegan este deporte. Hay competencia, hay encuentro en la cancha, hay tercer tiempo y hay generación de nuevos vínculos con amigos de la villa y de otros lugares. El cricket podrá ser un deporte poco popular y elitista, pero también “es una herramienta de prevención y la usamos para inculcar la cultura del trabajo y el esfuerzo”, afirma el entrenador.

El cricket es una actividad poco convencional, pero integradora, practicada por pocos, pero generadora de mucho: integración, superación y cooperación. Esos son los valores que quieren transmitir Daniel Juárez, el Padre Pepe Di Paola y todo su equipo para que los chicos los usen dentro y fuera de la cancha.

Comentá la nota