Francisco denuncia públicamente a los “vivos” que lucran con los billetes de ingreso a sus audiencias públicas y pide a los fieles no caer presa de los “delincuentes”. Pero muchos operadores turísticos venden caro la visita al Vaticano.
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ - CIUDAD DEL VATICANO
“Si alguno dice que para ir a la audiencia del Papa se necesita pagar algo te están estafando, ¡estate atento, estate atenta!”. Visiblemente molesto, Francisco intervino hoy públicamente para denunciar a los “vivos” que “estafan” a los visitantes y peregrinos, haciéndoles pagar por asistir a su catequesis semanal en el Vaticano. “¡Son delincuentes!”, advirtió. Desde hace años los operadores turísticos venden una participación que debería ser gratuita como un recorrido que llega a cobrarse hasta 40 euros.
Jorge Mario Bergoglio tomó la palabra al finalizar su audiencia semanal, ante más de seis mil personas congregadas en el Aula Pablo VI del Vaticano. Saliéndose del discurso preparado, manifestó que debía contar “una cosa” que “no quería decir” pero debió hacerlo. Mientras lo hacía, sostenía en su mano uno de los tickets de ingreso a su audiencia, confeccionado por la Prefectura de la Casa Pontifica y de color rojo.
“Para venir a estas audiencias existen los billetes de ingreso. Está escrito en los billetes, en seis idiomas, que el acceso es del todo gratuito”, indicó. Entonces aclaró que para entrar a la audiencia, sea en el aula o en la Plaza de San Pedro, no se debe pagar porque se trata de una visita gratuita “al Papa, para hablar con el Papa, con el obispo de Roma”.
“Pero he sabido que existen algunos vivos que hacen pagar los billetes”, señaló, hablando en italiano, mientras era interrumpido por la multitud con un aplauso. “Si alguno les dice que para ir a la audiencia del Papa se necesita pagar algo te están estafando, estate atento, estate atenta”, añadió.
“Esto es gratuito, aquí se viene sin pagar porque esta es casa de todos y quien dice esto, hace pagar, esto es un delito, no lo se, pero ese hombre o esa mujer es un delincuente. ¡Eso no se hace! Entendido”, apostilló, visiblemente molesto. Su denuncia quedó ahí, pero respondió a una situación creada que va más allá del Vaticano y que, muy probablemente, sea imposible controlar.
Es la prefectura, a cargo del arzobispo Georg Gaenswein, la oficina del Vaticano responsable de imprimir y distribuir los billetes para los actos del Papa. Todas las audiencias y misas, incluidas la de Navidad y Pascua son gratuitas. Quien desea asistir debe enviar por fax o por correo electrónico un formulario solicitando la cantidad necesaria de billetes. Pueden solicitarse cantidades muy diversas, desde individuales hasta grupales. Una vez mandada la solicitud, un día antes del evento se retiran en un sector especialmente dedicado, al cual se accede a través del famoso Portón de Bronce.
En el caso de las audiencias de los miércoles, también pueden retirarse billetes sin haberlos reservado: la tarde del martes previo o incluso el mismo miércoles temprano. Sólo basta llegar con los guardias suizos pontificios del Portón de Bronce o de la Puerta de Santa Ana, uno de los ingresos al territorio vaticano. Pero en los últimos años han proliferado numerosos operadores turísticos que ofrecen como parte de sus recorridos la “audiencia con el Papa” llegando a cobrar a los visitantes hasta 42 dólares.
Por ejemplo el sitio web “GetYourRide” pone a disposición “visitas guiadas” al Vaticano en alemán, francés, inglés, español y portugués para asistir a la catequesis semanal. En la explicación del tour se precisa que entre las actividades ofrecidas está “tomar parte a la única audiencia del Papa guiada”, “escuchar las explicaciones sobre el discurso papal y sobre los procedimientos del evento” y “dejarse raptar por la multitud de creyentes provenientes de todo el mundo”.
En realidad las audiencias del pontífice, los miércoles por la mañana, no son guiadas y su formato es ya multilingüe. La única ventaja que ofrecen esos tours es que el visitante no debe procurarse por conseguir un billete ni debe informarse sobre cómo participar en el encuentro.
Para los operadores turísticos resulta un negocio redondo. Ellos suelen reservar en la prefectura vaticana decenas de billetes que después le entregan a sus clientes y sólo deben gastar en el autobús para trasladarlos hasta San Pedro, algo que normalmente ya contemplan en sus servicios. Así, por un simple traslado (que a veces incluye “un recorrido panorámico por la ciudad de Roma”), cobran de 26 a 42 dólares. Eso si, la mayoría de ellos ofrecen “acompañantes profesionales”.
Otros sitios, como “Rome4All” , precisa que los billetes para la audiencia papal “son gratuitos” pero ofrece un servicio “de reserva y entrega” de los mismos directamente al propio hotel o casa de vacaciones, al costo de 43 dólares. Y aclara: “si tu hotel está fuera del centro de Roma contáctanos para un presupuesto”. Estos sitios invitan a “dejarse encantar” por la audiencia pública del Papa, que presentan como una “experiencia inolvidable” y la ilustran, la mayor parte de las veces, con una foto de Francisco.
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