En la fiesta de la Virgen de Lourdes, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió el sábado 11 de febrero la misa en el santuario de esta advocación mariana. Concelebró junto al arzobispo el presbítero Gerardo Gallo, párroco del templo.
En la homilía, monseñor Fernández repasó las frases que María pronuncia en los evangelios, y se detuvo particularmente en una que parece "la más simple y mundana: 'No tienen vino'”. Sin embargo, acotó, "es la frase que mejor expresa ese cariño de María, que se preocupa con nosotros por nuestras simples angustias cotidianas".
Por eso, explicó el arzobispo platense, "confiamos en que ella hoy también escucha con afectuoso interés cuando le hablamos de nuestras preocupaciones. Y eso nos permite acercarnos hoy a pedirle por nuestra salud".
Luego, remarcó que también "es importante que llevemos a la oración nuestras perturbaciones interiores, porque muchas veces nuestras enfermedades vienen de viejos rencores, melancolías, resentimientos, malas experiencias que se nos quedaron dentro”. “De hecho, el libro del Eclesiástico dice que quien guarda rencor no puede esperar que el Señor lo sane. Porque primero tenemos que curar ese rencor que nos enferma", agregó.
Posteriormente, hizo una oración para pedir salud y, al final de la celebración, bendijo a los presentes uno por uno, con las reliquias del santo padre Pío, al tiempo que el párroco los ungió con óleo.
La fiesta de Lourdes continuó por la tarde del sábado, con la tradicional procesión por las calles con la imagen de la patrona de los enfermos.
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