El arzobispo Mario Cargnello nombró al juez del Tribunal Eclesiástico de Salta, Loyola Pinto y de SanCristóval, y al cura Héctor Fernando Campero como exorcistas. Las miradas de una investigadora, un periodista y una laica.
El arzobispo de Salta nombró al vicario judicial Loyola Pinto y de Sancristóval y al cura Héctor Fernando Campero como exorcistas. La información fue oficializada en la propia web del Arzobispado y causó revuelo en la opinión pública.
"La fe en Jesús se concreta en creer que por su Muerte en la cruz y su gloriosa resurrección ha vencido a la muerte y al pecado. Igualmente, el Demonio, sigue empeñado en alejar a las almas de Dios invitándolas, a través de la tentación, a pecar. Por eso podemos afirmar que ese es el peor de los males, y causa de tantos otros. A esto se lo suele denominar, 'acción ordinaria del demonio'", reseñó el Arzobispado salteño en el comunicado en el que informó de la oficialización de los dos curas exorcistas.
Además, el Arzobispado aseguró que "el Demonio puede actuar de forma extraordinaria a través de la infección de lugares, la vejación a personas y la más extrema, que es la posesión".
De este modo, mediante "el ministerio del exorcista", se señala que éste tiene el poder de expulsar los demonios de una persona poseída. Sin embargo, el Arzobispado anunció que mantendrá lo relacionado a este servicio en absoluta reserva y discreción. Loyola Pinto y de SanCristóval fue consultado por Salta/12 pero en base a esa disposición explicó que no podía dar declaraciones.
Salta/12 pidió opiniones a la docente e investigadora Alejandra Cebrelli, al periodista y bachiller en teología Andrés Gauffin, y a una de las madres amparistas por la educación laica en la provincia, quienes brindaron sus puntos de vista.
Cosa de varones
El periodista, docente en la Universidad Católica de Salta y bachiller en teología, Andrés Gauffin, dijo que para abordar el tema del exorcismo hay que indagar en la figura del "demonio". "No es algo nuevo esto de los demonios, de los exorcismos". "La figura del diablo, está muy presente en la Biblia, 'Beelzebú', 'el maligno', tiene muchos nombres", explicó. Señaló que en la Biblia también "hay muchas historias de gente exorcizada por el mismo Jesús".
Gauffin indicó que el ritual del exorcismo, "no solo tiene una larga tradición dentro de la Iglesia Católica, sino que está incorporado en el derecho canónico". Mencionó que hubo un pronunciamiento de Joseph Aloisius Ratzinger (quien luego se convirtió en el Papa Benedicto XVI) cuando era prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, en el que decía que por el derecho canónico los obispos tienen la función de nombrar a las personas que van a exorcizar. Esto último es lo que hizo Cargnello, ya que "no puede exorcizar cualquiera". "Es muy ortodoxo".
Por otra parte, Gauffin recordó que en la historia del catolicismo "las personas poseídas son en general mujeres, es lo que más conocemos, a pesar de que en la Biblia se relatan casos de varones poseídos". También hizo notar que "los exorcizadores son varones" y "no nombran mujeres, por lo general" pese a que "no es algo que el derecho canónico prohíba".
De hecho, según publicó el diario El Tribuno, el comunicado del Arzobispado de Salta se debió a que el viernes de la semana pasada dos mujeres presenciaron un exorcismo de Loyola Pinto y Sancristóval a otra mujer. Dos mujeres que necesitaban hacer un trámite en la oficina de la Secretaría de la Catedral y mientras esperaban a ser atendidas escucharon gritos y otros ruidos, y cuando las hicieron pasar "pudieron observar al padre Loyola, uno de los sacerdotes autorizados por el obispo para exorcizar, ejercer este servicio frente a una joven mujer evidentemente poseída por el demonio", publicó el diario.
Gauffin recordó asimismo que históricamente las mujeres fueron perseguidas por la Iglesia Católica, como en el caso de las brujas, "una figura muy cercana a la poseída por el diablo". Al respecto, si el diablo "es como la personificación del mal", en la poseída "el mal se personifica en una mujer, en una persona", sostuvo. También opinó que "es una especie de visión de la historia, como un escenario de combate", entre "espíritus malignos y benignos", "entre demonios y ángeles".
Además, mencionó que también se solían requerir los servicios exorcistas para las personas con patologías de salud mental.
Prioridades de derecha
"Es cierto que está en el derecho canónico, eclesiásticamente, nadie le puede objetar el nombramiento", dijo Gauffin. Aunque evaluó que cada obispo interpreta y aplica el derecho canónico a su manera, "tampoco es obligatorio nombrar a un exorcista oficial".
"Cargnello decide aplicar esa parte del derecho canónico y no otras", cuestionó. El periodista recordó que escribió un ensayo cuando el arzobispo dio su homilía en las Fiestas del Milagro, porque le llamó mucho la atención, "el recorte de la doctrina social de la Iglesia"."También hizo un recorte que diría brutal, prácticamente, sonsacando frasecitas del mismo papa Francisco, diciendo que a los pobres hay que ayudarlos pero poquito porque tienen que trabajar", advirtió.
Llos discursos son políticos, recordó Gauffin, y dijo que los de Cargnello son "más propios de la derecha que de la doctrina social de la Iglesia". Como ejemplo, mencionó que se exalta la propiedad privada, "olvidando que sobre la propiedad privada grava una hipoteca social".
En ese sentido, Gauffin analizó que mientras el arzobispo enuncia estos discursos, "simultáneamente se olvida de la cuestión social y de la cuestión económica y política"; olvida una doctrina expresada en la encíclica del Papa, Laudato Sí, "justo en un momento ahora que están viniendo todas las empresas mineras internacionales a sacar el litio de la Puna".
Asimismo, recordó que el teólogo brasileño y franciscano Leonardo Boff, uno de los iniciadores de la teoría de la liberación, planteaba que "sí existe el mal pero no está personificado en una persona, existe pero está en la estructura social, económica y política, que deshumaniza a la gente". "El mal es un poder que dehumaniza, que rompe los lazos de fraternidad", sostuvo el periodista. Ante ese mal, la teoría de la liberación opone "el compromiso social y político", para luchar contra estos poderes deshumanizantes.
El demonio es un poder que provoca mal
En Salta hay muchas denuncias por abuso sexual eclesiástico y las víctimas vienen señalando la falta de acompañamiento de la Iglesia. Gauffin mencionó a Juan Carlos García, quien denunció al cura Emilio Lamas por haberlo violado cuando era un niño. Aunque se le retiró el estado clerical al sacerdote, la Corte de Justicia de Salta declaró prescripta la causa penal y también la de otra denunciante, Carla Morales Ríos, quien acusó al cura por el mismo delito.
Gauffin sostuvo que el daño a las víctimas "fue enorme" y "no se puede reparar por una indemnización". Señaló que la Iglesia no acompañó a García ni a Morales Ríos en el proceso penal en la justicia ordinaria, "preservando el derecho del sacerdote y no de la víctima".
Analizó que el demonio "es un poder que provoca mal", y en el caso del cura acusado de violencia sexual "tenía mucho poder, estaba investido de una autoridad (...) tenía un poder simbólico importante, que le facilitó abusar del cuerpo de un niño que no tenía ningún poder, esto sí me parece que es diabólico".
Uno de los dos encargados de expulsar al demonio en Salta, Loyola Pinto y de Sancristóval, está denunciado por violencia de género en perjuicio de las Carmelitas Descalzas del convento San Bernardo.
También es juez único del Tribunal Eclesiástico con sede en Salta, entre sus roles está recibir las denuncias canónicas, realizar investigaciones y remitir las conclusiones a la Santa Sede.
Una práctica que viene de la antigüedad
La docente e investigadora de la Universidad Católica de Salta, Alejandra Cebrelli, opinó que "es muy difícil evaluar un dogma fuera" de él mismo y en ese sentido consideró que solo se puede objetivar y describir. "Hay muchas cosas que dentro de un dogma, sobre todo cuando estamos hablando de valores de creencia, funcionan como valores de verdad y es el tema de la fe. La existencia del demonio está en muchísimas religiones instituidas y no instituidas también", sostuvo. Señaló que es una "creencia" la figura del "demonio" o "espíritu maligno".
Cebrelli comparó esta práctica con la que realizan las iglesias pentecostales, mientras en la Iglesia Católica el exorcismo implica "sacar el demonio del cuerpo de una persona enferma o poseída para sanarla, física o espiritualmente" y es además privada, en las pentecostales se realiza el "exorcismo masivo a mucha gente al mismo tiempo".
En el catolicismo el propio Jesús realizaba exorcismos. Sin embargo, Cebrelli dijo que esta práctica, y "la creencia en que hay algo de naturaleza espiritual que ingresa en el cuerpo de una persona para enfermarla, enloquecerla, hacerla hablar de un montón de maneras extrañas o con formas sobrenaturales", existe desde mucho antes. Reseñó que, por ejemplo, se encuentran algunas prácticas similares en Egipto, en los antiguos griegos, también en el budismo, el hinduísmo y el Islam. "Inclusive está actualizada desde las creencias new age, como estos espíritus malignos que andan en la casa y se meten en las personas", y destacó que hay un montón de películas al respecto.
"La práctica del exorcismo existe desde la antigüedad en casi todo el mundo y en casi todas las religiones e inclusive entre nuestros pueblos nación originarios. Lo único que se puede hacer desde una mirada científica o antropológica es describirlo pero no podés darle un valor porque no tiene un valor fuera esa cosmovisión religiosa", consideró Cebrelli.
Mencionó que prácticas similares se encuentran en los Nivaklé, a quienes los españoles nombraban chulupíes. La investigadora añadió que en las memorias del misionero jesuita Florian Paucke (1719-1780) se describe a un hechicero mocoví que realiza la práctica de "'chupar' para sacar al hombre enfermedades e identificaba a quien había enviado la enfermedad tirando una flecha al aire. "Este supuesto hechicero en realidad es un sanador. Lo que hacía era tirar una flecha, si caía a una persona es porque le había mandado a un hombre la enfermedad y ese hombre se sanaba".
En este caso se trata de "un jesuita que está mirando y observando con una mirada bastante antropológica para la época y describiendo una práctica y un ritual que no termina de entender, que desde la cosmovisión católica entra en el campo de lo mágico, la hechicería y el demonio", indicó la investigadora.
Cebrelli sostuvo que estas prácticas tienen sentido "dentro de la propia cosmovisión y dentro de la misma creencia". "Si está pasado de moda o no, no lo sé. También puede estar pasado de moda el culto a la Pachamama, porque es arcaico el hecho de sahumar el primero de agosto y, sin embargo, todos lo hacemos. Me parece muy duro juzgar a la Iglesia porque haya designado a dos sacerdotes y para la religión católica esos sacerdotes tienen que estar acompañados de un médico", afirmó.
¿Quién paga los exorcismos?
María Alaniz es una de las madres que presentó un amparo por la educación laica en Salta. Consultada por la oficialización de los exorcismos, si bien opinó que "las cuestiones de credo y fe son personalísimas. La Iglesia como institución puede nombrar a su personal", consideró que este nombramiento es "casi medieval". "Me preocupa más el aporte que el Estado hace a la Iglesia. El Estado paga los sueldos de ese personal: obispos, curas, etcetera", manifestó.
"La lucha pasa por separar la Iglesia del Estado. Que la Iglesia no se inmiscuya en las cuestiones de Estado, como por ejemplo todo el lobby que hizo con la ley del aborto. Y que el Estado deje de subvencionar la religión", sostuvo.
Desde este posicionamiento, "Que el estado aporte para curas exorcistas me parece un despropósito cuando, por ejemplo, hay necesidades básicas de los pueblos indígenas que no están cubiertas", expresó.
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