Señaló que la peregrinación no terminó y alentó a los jóvenes a llevar la alegría de vivir el Evangelio a cada lugar que los necesite
Al finalizar la firma del acta en la que dirigentes políticos, funcionarios y referentes sociales se comprometieron a la continuidad del trabajo por #NiUnPibeMenosPorLaDroga, la Familia Grande Hogar de Cristo celebró los 15 años de recorrido y el décimo aniversario del Pontificado del papa Francisco.
El obispo de San Isidro y y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, presidió la celebración eucarística. Lo acompañaron: Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes; Eduardo García, obispo de San Justo; Jorge Torres Carbonell, obispo de Laferrere, Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires; y Jorge Wagner, obispo auxiliar de Bahía Blanca. Concelebraron más de 40 sacerdotes.
La fiesta
Las familias y los jóvenes que están haciendo su camino de recuperación en adicciones estuvieron presentes en Luján, para celebrar estos 15 años de recorrido y el décimo aniversario del Pontificado del papa Francisco, que inició este camino en aquella Semana Santa, en la arquidiócesis de Buenos Aires.
El P. Pepe lo contó de esta manera: “Recordamos en aquel inicio en las villas de Buenos Aires cuando queríamos que no hubieran pibes descartados y no sabíamos cómo. Le pusimos el corazón, el alma. Bergoglio nos ayudó, nos apoyó y surgieron los Hogares de Cristo que hoy se extienden por todo el país. Hoy somos muchos curas, monjas y laicos que formamos un equipo grande, somos un equipo grande que se extiende por toda la Argentina”.
Aseguró que, gracias a la peregrinación, pudieron darse cuenta de que son hermanos y se han unido en una gran familia, junto a la Virgen de Luján. En el Hogar de Cristo, aquel que estaba descartado y hoy está de pie y está ayudando: es alguien que hoy está ayudando a otros.
“El gran secreto del Hogar de Cristo es que cada persona se va a recuperar en la comunidad: las comunidades nuestras tienen vida, la vida que dan cada una de las presencias del Hogar de Cristo”, aseguró Di Paola.
Si bien hay mucho trabajo por delante, cada comunidad se va fortaleciendo para que en cada barrio los chicos encuentren la solidez y la fuerza necesaria para salir adelante. En el caminar del Hogar de Cristo despertamos la esperanza, “una esperanza que no defrauda porque fuimos de la mano de la Virgen y de Jesús”.
“La peregrinación no terminó”
El papa Francisco recordó en una nota enviada con motivo de esta celebración, el trayecto realizado por la Familia Grande Hogares de Cristo a lo largo del país. “Se pusieron en camino con una meta: unir distintos lugares de dolor con varios Santuarios marianos…”.
Dijo que esta peregrinación fue una caravana de esperanza: los jóvenes misioneros con su propia vida de recuperación llevaron un mensaje de esperanza, mostrando que existe un camino posible para ser feliz; un camino que solo se puede recorrer cuando lo hacemos juntos.
El Santo Padre manifestó que esta peregrinación quiso ser un grito de “Ni un pibe menos por la droga” para toda la sociedad; que con sus voces recordaron que la solución no es hacer oídos sordos, sino que todos somos responsables de que los jóvenes digan no a la droga y sí a la vida. “Nadie se salva solo”.
Después de agradecer el testimonio que han brindado y de asegurar que la peregrinación no terminó, expresó: “Los aliento a no dejar de ser una Iglesia en salida, que abraza el dolor y lo transforma en misericordia. Continúen llevando la alegría de vivir el Evangelio a cada lugar que los necesite y a cada persona que Dios ponga en sus caminos”.
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