A 18 años de la “Tragedia de Cromañón”, el incendio en un boliche de la Ciudad de Buenos Aires que terminó con la vida de 194 personas, se celebrará una Misa en conmemoración de las víctimas.
La Eucaristía será el viernes 30 de diciembre a las 18:00 horas en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, y estará presidida por el Obispo Auxiliar y Vicario de Zona Devoto, Mons. Juan Carlos Ares.
Concelebrarán el Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, y el Arzobispo de San Juan de Cuyo y Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Mons. Jorge Eduardo Lozano, que se desempeñaba como Obispo Auxiliar de Buenos Aires al momento de la tragedia.
El incendio en el boliche República Cromañón sucedió el 30 de diciembre de 2004, durante un recital de la banda de rock Callejeros.
Fue una de las mayores tragedias no naturales ocurridas en Argentina, con 194 muertos y 1.432 heridos.
El desastre se desencadenó por el fuego de una bengala, pirotecnia utilizada hasta entonces por el público en conciertos y partidos de fútbol, y se agravó por las irregularidades en las instalaciones del lugar.
Por un lado, el boliche solo tenía habilitación para el ingreso de 1.031 personas, y esa noche se calcula que hubo una sobreventa de entradas con cerca de 4.500 asistentes.
Muchas de las víctimas sufrieron intoxicación y asfixia debido a la presencia de materiales inflamables en el techo. Además, la salida de emergencia se encontraba obstaculizada y una salida alternativa estaba cerrada con candado.
El caso le valió la destitución al entonces Jefe de Gobierno de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, tras un juicio político finalizado el 7 de marzo de 2006.
El dueño de República Cromañón, Omar Chabán, fue detenido inmediatamente después de la tragedia, y liberado a los cinco meses. En 2012 fue condenado a 10 años y 9 meses de cárcel.
Murió en 2014 con el beneficio de prisión domiciliaria, debido a un grave deterioro de su salud.
La Iglesia ha acompañado desde el principio a los familiares de las víctimas en el pedido de justicia.
En la madrugada del 31 de diciembre de 2004, el Papa Juan Pablo II manifestó “profundo pesar” por los jóvenes fallecidos.
Mons. Jorge Lozano, que se desempeñaba como Vicario Episcopal de Juventud, encabezó el acompañamiento de la Iglesia por pedido del entonces Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco.
Mons. Lozano vivió de cerca lo sucedido, ya que conocía a tres de las víctimas, alumnos del colegio San Alfonso, a quienes salió a buscar con sus amigos en la noche de la tragedia.
Luego de la catástrofe, los familiares instalaron una carpa de vigilia junto al lugar de los hechos, en el barrio porteño de Once, teniendo como signo las zapatillas que aparecieron luego de la evacuación y fueron colgadas en el lugar a modo de homenaje.
Allí, los familiares se reunían y participaban de Misas y oraciones en recuerdo de los fallecidos. Desde entonces, el 30 de cada mes se celebra una Misa en la Catedral Metropolitana para rezar por las víctimas.
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