Se trata de "criterios muy diferentes de lo que vemos a nuestro alrededor, y tambi幯 en nosotros", dijo este domingo el Papa Francisco durante el rezo del 聲gelus.
A medida que se acerca laSemana Santa, elPapa Franciscoinvit este domingo 17 de marzo, a reflexionar sobre el significado del sacrificio ltimo de Cristo. Glorificarse, para 匜, significa entregarse, aclar, ofreciendo su amor. Y esto sucedi culminantemente en la Cruz".
En sus palabras previas al rezo del聲gelus, el pont璗ice se dirigi a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, se鎙lando que la verdadera gloria que nunca se desvanece y da felicidad es la entrega y el perd鏮. La gloria mundana pasa, y muchas veces no trae el bienestar de todos, sino divisi鏮, discordia y envidia, dijo Francisco.
La verdadera gloria, la que Dios nos ense鎙, "est hecha de don y de perd鏮" y Jess nos la revela en la Cruz, la "c嫢edra de Dios", agreg recordando que el Evangelio del quinto domingo de Cuaresma, en el que Cristo, "hablando de su Pasi鏮, dice: 'Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado'". Se podr燰 pensar que m嫳 bien se produce una derrota en la Cruz, pero el significado de sus palabras es diferente.
La gloria, para Dios, no corresponde al 憖ito, a la fama o a la popularidad humana: la gloria de Dios no tiene nada de autorreferencial, no es una manifestaci鏮 grandiosa de poder seguida de aplausos del pblico. Para Dios la gloria es amar hasta dar la vida. Glorificarse, para 匜, significa darse, hacerse accesible, ofrecer su amor. Y esto sucedi culminantemente en la Cruz
El modo de vida
Precisamente en la Cruz, Jess mostr todo el amor de Dios, destaca Francisco, "revelando plenamente su rostro de misericordia, d嫕donos vida y perdonando" a quienes lo hab燰n ejecutado.
El don y el perd鏮 son la esencia de la gloria de Dios y son el modo de vida para nosotros. Don y perd鏮: criterios muy diferentes a los que vemos a nuestro alrededor, e incluso dentro de nosotros, cuando pensamos en la gloria como algo que hay que recibir en lugar de dar; como algo que se debe poseer en lugar de ofrecer, no. La gloria mundana pasa y no deja gozo en el coraz鏮; ni siquiera conduce al bien de todos, sino a la divisi鏮, a la discordia, a la envidia.
熹u gloria para la vida?
El Papa invit a preguntarse qu gloria queremos para nuestra vida, si "la de impresionar a los dem嫳" con nuestras capacidades o con las cosas que poseemos o la "de Jess Crucificado, el camino de quien no se cansa de amar, confiado en que esto da testimonio de Dios en el mundo y hace brillar la belleza de la vida". De hecho, cuando "damos y perdonamos", concluye Francisco, "la gloria de Dios brilla en nosotros".
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