Los miembros de la Comisión Directiva de la AMIA que regirán sus destinos hasta mediados de 2020, presididos por Agustín Zbar, asumieron ayer sus cargos, en un acto donde se mencionó la Causa AMIA, el Memorándum con Irán, la muerte del fiscal Nisman y la importancia de la unión en la comunidad judía argentina.
Como ya es tradicional en estos actos, el presidente saliente, Leonardo Jmelnitzky, se dirigió a los presentes y expresó su agradecimiento personal a quienes lo acompañaron en la Comisión Directiva, en especial al vicepresidente primero Ralph Thomas Saieg, quien debido a su problema de salud lo reemplazó al frente de la institución.
Jmelnitzky destacó que el acto de asunción de las nuevas autoridades es “un retorno a la normalidad institucional”, y sostuvo que sus compañeros fueron “verdaderos azkanim”, término que definió como “un título honorifico que enorgullece a quien lo porta”.
En cuanto a la situación interna de la AMIA en los últimos años, afirmó: “Los simples hechos de haber podido realizar las elecciones, aún con un año de retraso, y celebrar la asunción de un nuevo presidente significan hitos importantes por los cuales esta honorable Comisión Directiva ha debido luchar con una enorme fortaleza y convicción, pero también con la tristeza de saber que lo hemos conseguido después de muchas batallas judiciales promovidas por quienes, al olvidar su rol de azkanim, se equivocaron y no supieron o quisieron medir las consecuencias de sus actos, traspasando límites que hasta ahora nadie se había atrevido a hollar. Lo cual no debía haber ocurrido”, en referencia a los dirigentes de “Amia es de todos” y “Plural Jai” que acudieron a la justicia para suspender las elecciones.
Por otro lado, Jmelnitzky se refirió al Memorándum con Irán y destacó “la firme oposición de la AMIA” en contra de un tratado que “sólo habría sido viable con el apoyo de la comunidad judía en general y de la AMIA en particular, en carácter de víctima del atentado. Sin dicho apoyo, el Memorándum, llegado el caso que hubiera tenido vigencia, siempre habría quedado teñido por un manto de ilegitimidad y viciado por la presunción que perseguía otros intereses que poco tenían que ver con la Causa AMIA y el reclamo de Justicia”.
“Me enorgullece que pese a las presiones recibidas de distintos ámbitos de la política nacional, la AMIA supo mantener su independencia de criterio; siempre procuró –en la medida de sus posibilidades– no ser utilizada por nadie, siempre luchó y defendió aquello que consideró justo.”
Finalmente, Jmelnitzky recordó al fiscal Alberto Nisman y señaló que “poco o nada se avanzó en la investigación de su olvidado dictamen del 29 de mayo de 2013, en el cual denunciaba a lo largo de 600 páginas una vasta red de terrorismo internacional” en Sudamérica.
“Sólo la decisión política de no desviarnos más de la verdad puede traernos justicia”
Por su parte, en su primer discurso como presidente de la AMIA, Agustín Zbar expresó: “La AMIA es la casa de todos los judíos argentinos. Como en tantos otros hogares, lamentablemente en los últimos años aquí también se peleó mucho, pero fue le Shem Shamaim (en nombre celestial), fue necesario para que la impronta de la tradición milenaria del judaísmo no abandonara las tareas de la AMIA. No fueron peleas personales, sino que viene de las lecciones de la historia que nos demuestran una y otra vez que cuando las comunidades judías se apartaron de sus tradiciones se debilitaron hasta desaparecer, no tuvieron el combustible espiritual para continuar”.
También sostuvo: “No podemos darnos el lujo de pelearnos más, y esto es válido para todos los argentinos, judíos y no judíos. Las puertas de AMIA están abiertas de par en par para todos los que de buena voluntad quieren venir a trabajar por la continuidad del pueblo, por los que sienten la necesidad de ayudar a los que más necesitan, por los que aman nuestra cultura, por los que quieren aprender, por los que tienen algo para enseñar, por los que sienten amor y compromiso por el prójimo, todo en el marco de la veneración y el cuidado de las mejores tradiciones del pueblo judío implementada por más de un siglo en este bendito país. La AMIA está fuerte y unida. Expresa a una comunidad integrada y sólidamente vinculada al quehacer nacional”.
Luego de esta clara definición de su posición personal sobre los conflictos existentes, manifestó que “nadie representa a la AMIA, sino sus autoridades democráticamente electas”.
“En la Causa AMIA nunca nos desviamos del camino, siempre perseguimos justicia por la vía principal. Justicia, no política. En varias ocasiones de la historia reciente eso no fue fácil, por eso somos más creíbles para seguir persiguiendo una justicia que el Estado Nacional a lo largo de 23 años no ha podido terminar de proporcionar. Es el mérito de la AMIA, en todas sus conducciones, desde 1994 hasta hoy, que la causa principal no se haya desviado de la verdad”, afirmó, y agradeció a los abogados que actuaron, en especial a Miguel Bronfman.
Al referirse al Memorándum de Entendimiento con Irán, Zbar resaltó: “En enero y febrero de 2013 resistimos en soledad. Luego, acompañados de otros actores institucionales, enfrentamos el infame Memorándum con Irán. Ese fue el mérito de esta AMIA, con todos los riesgos que ello implicó para nuestros valientes dirigentes comunitarios en momentos tan preocupantes para los judíos argentinos por la prédica antisemita que llegaba desde la máxima magistratura nacional. Haber resistido esas instancias es otro modesto aporte de la AMIA a la sociedad argentina”, equiparándolo con los reclamos de las víctimas y los familiares.
Además, consideró que Nisman fue la víctima 86 de atentado. “Para la causa AMIA perseguimos justicia con mayúsculas, ya que este es un crimen contra la humanidad. El mundo espera que no queden impunes las 86 víctimas de la AMIA. Ello es tremendamente importante para el futuro del país. Todos los intentos de desviar o anular la verdad de la investigación judicial fueron infructuosos, pero demoraron, confundieron a la opinión pública, distrajeron la atención del objetivo central, fueron pasto de la baja política. No más comisiones de la verdad, no más comisiones especiales, no más dilaciones y distracciones. Sólo la decisión política de no desviarnos más de la verdad puede traernos justicia con mayúsculas”, subrayó.
Al final de su discurso, se refirió a las diversas áreas de la institución y anunció que el Vaad Hajinuj (el Concejo Central de Educación Judía) será una de las áreas centrales, en la cual el próximo director de Educación, seleccionado por concurso, será Ariel Cohen Imach.
Por último, destacó que los 14 millones de judíos del mundo tienen “una hermandad indiscutible con el Estado de Israel”, y afirmó que uno de sus deseos es “acercar más a los judíos y no judío en sus vínculos con Israel de todas las maneras posibles”.
Entre la gran cantidad recibida de salutaciones a las autoridades entrantes de la AMIA, sólo se mencionaron las del presidente y de la vicepresidente de la Nación, Mauricio Macri y Gabriela Michetti; la de los ministros Marcos Peña y Rogelio Frigerio; de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; y el juez de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz.
Entre los asistentes se encontraban el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne; el embajador del Estado de Israel, Ilan Sztulman; los juristas Ricardo Gil Lavedra y Daniel Sabsay; los ex presidentes de la AMIA Oscar Hansman y Guillermo Borger; los rabinos Tzvi Grunblatt y Tzvi Lipinsky; y el titular de la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA, Mario Cimadevilla, entre otros.
Durante el evento se homenajearon a los miembros de la Comisión Directiva que culminaron su mandato con la entrega de una placa recordatoria.
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