Acuerdo de paz en Colombia rechazado por los cristianos

Acuerdo de paz en Colombia rechazado por los cristianos

Los que dijeron «No» al acuerdo de paz con las Farc también fueron millones de cristianos de las comunidades evangélicas, pero también de comunidades católicas. Y lo hicieron bajo la bandera de la oposición sin reservas contra la ideología de género.

GIANNI VALENTE

Los obispos colombianos piden al gobierno y a las Farc que «mantengan el cese al fuego» y que creen un «proyecto nacional» que sea fruto de la «participación de todos». El sabio consejo es el resultado más palpable que nació de la reunión extraordinaria de la Conferencia Episcopal de Colombia (entre el 13 y el 14 de octubre), que fue convocada con urgencia para afrontar lo que sucedió y descifrar los futuros y posibles escenarios del país, después del referéndum con el que la ciudadanía rechazó el acuerdo de paz que pretendía cerrar 52 años de conflicto sangriento entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias. La cúpula de la Iglesia colombiana se siente fatalmente llamada en causa por el resultado de la votación. Incluso porque el acuerdo de paz fue rechazado por opositores organizados y animados por movimientos impensables: los que dijeron NO al texto del acuerdo con las Farc fueron también millones de bautizados de las comunidades evangélicas, pero también de comunidades católicas. Y lo hicieron bajo la bandera de la «defensa de la familia» y de la oposición sin reservas contra la ideología de género.

El acuerdo de paz fue rechazado por el 50,28% de los 13 millones de personas que votaron (37 % del padrón electoral), con una diferencia de 65 mil votos con respecto al SÍ. El pastor Edgar Castaño, presidente de la Confederación evangélica de Colombia, después del voto, refirió en entrevistas a medios colombianos que de los diez millones de fieles de las congregaciones evangélicas, por lo menos cuatro participaron en el referéndum. Y sus votos fueron en bloque hacia el frente del NO. Al ver los resultados es fácil y legítimo que reivindique el peso determinante del papel que jugó el voto de los cristianos evangélicos para hacer que fracasara el acuerdo. El papel de los cristianos en el resultado del referéndum es reconocido también por los que apoyaban el SÍ, como el senador Roy Barreras, Presidente de la Comisión de Paz de la Cámara del Congreso colombiano. En su opinión por lo menos dos de los 6 millones e los votos del NO surgieron de «congregaciones cristianas, evangélicas y católicas».

Si en el resto de las personas que votaron NO los motivos de su elección no eran principalmente políticas (en primer lugar la oposición contra la «conversión» de las Farc en fuerza política legalizada), la galaxia de los evangelistas rechazó el acuerdo principalmente porque fue convencida por sus predicadores que el texto suscrito representaba una amenaza contra el instituto de la familia y un “caballo de Troya” para difundir la llamada “ideología de género” en los corazones de los colombianos, con el pretexto de la paz.

Durante la campaña electoral, las intervenciones de los predicadores evangélicos denunciaban la intención de hacer pasar la legalización jurídica de las instancias expresadas a nivel global por los movimientos LGBT a través del texto del acuerdo. En realidad, los pasajes del texto en los que aparece la palabra «género» parecen referirse a la necesidad de evitar disposiciones legales y prácticas sociales discriminantes para las mujeres. Un párrafo, por ejemplo, exige que «se promueva la igualdad de género mediante la adopción de medidas específicas para garantizar que hombres y mujeres participen y obtengan los mismos beneficios» con la ejecución de este acuerdo. Solo en uno de los párrafos se habla sobre la necesidad de incluir a todos en el proceso de paz, incluidas «personas con orientación sexual e identidad de género diversas».

Algunos analistas que estaban a favor del SÍ, después de la derrota, sostienen que la propaganda a favor del NO contó con el apoyo de los evangélicos de manera engañosa, pues habrían presentado como expresión de la “ideología de género” términos normalmente utilizados en los documentos de los organismos y de las organizaciones internacionales, cuando en realidad se querría subrayar la necesidad de tomar decisiones políticas siempre teniendo en cuenta cómo se viven en el contexto las diferencias de género (masculino y femenino), para evitar la discriminación de las personas con base en su identidad o de su orientación sexual. También Papa Francisco, durante su reciente visita a Georgia, habló sobre «teoría de género» y la definió como «un gran enemigo del matrimonio».

La Iglesia católica de Colombia hizo repetidos llamados a favor de la participación en el referéndum, pero sin dar indicaciones explícitas de voto a favor del SÍ o del NO. El cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, era uno de los líderes mundiales que estuvo presente durante el acuerdo de paz, que se llevó a cabo el pasado 27 de septiembre en Cartagena. Ese día, en la ciudad colombiana, el cardenal italiano celebró una misa en la iglesia dedicada a san Pedro Claver. Durante la homilía recordó «la cercanía de Papa Francisco al querido pueblo colombiano y a sus autoridades, especialmente en la presente circunstancia de la firma del Acuerdo Final entre el gobierno y las Farc». Y algunos analistas colombianos repiten que la campaña por el NO en nombre de la defensa de la familia dejó huella entre las parroquias, organizaciones y movimientos católicos.

Incluso las reacciones de los líderes políticos colombianos después de la votación acreditaron el papel político que jugaron en el referéndum grupos cristianos, sobre todo evangélicos. El ex Presidente Álvaro Uribe, líder del frente del NO, subrayó después de la victoria la urgencia de «estimular los valores de la familia, defendidos por nuestros líderes religiosos y pastores morales». El Presidente Juan Manuel Santos, nuevo Premio Nobel de la Paz, dos días después del referéndum se reunió con 14 representantes de las comunidades cristianas colombianas. Después del encuentro, algunos de los que participaron expresaron a los medios de comunicación la disponibilidad que habría expresado el Presidente a cambiar el texto del acuerdo en algunos puntos que fueron blanco de las campañas contra la “ideología de género”.

Así, en la forma de las movilizaciones en defensa de la familia y en contra de la ideología de género, se vuelve a proponer en los escenarios latinoamericanos el protagonismo político de las congregaciones evangélicas y pentecostales que había identificado el famoso informe Rockefeller en 1969. El mismo que, después de haber analizado la acción de sacerdotes y fieles dentro del contexto social de esos años, concluía diciendo que en América Latina «la Iglesia ha dejado de ser un aliado de confianza de los Estados Unidos, y ya no es garante de la estabilidad social del Continente».

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