Este día nos invita a reflexionar sobre un derecho fundamental que en estos últimos años se ha vulnerado: el derecho a la vida desde el momento de la concepción. Es una oportunidad para reconocer la importancia y el valor intrínseco de cada vida humana, independientemente de su etapa de desarrollo.

La vida es el valor primordial sobre el cual se sustentan todos los demás derechos. Sin el derecho a la vida, los demás derechos carecen de significado.

Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. En este día, alzamos nuestra voz en favor de aquellos que no pueden defenderse: los más pequeños, los más vulnerables, los no nacidos.

Nos sostenemos firmes en nuestra oposición a la ley del aborto, una legislación que atenta contra el derecho más fundamental de todo ser humano: el derecho a la vida.

Como cristianos, sabemos que la vida es un don precioso de Dios, que Él mismo nos ha dado y que solo Él puede disponer. La Palabra de Dios nos recuerda con claridad:

"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué." (Jeremías 1:5)

"He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre." (Salmo 127:3)

"Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre." (Salmo 139:13)

Dios es el dador de la vida y nadie tiene derecho a arrebatarla. Como sociedad, tenemos el deber de proteger a los más indefensos y de ofrecer alternativas reales de acompañamiento a las mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad. La solución nunca será la eliminación de una vida inocente, sino el amor, el cuidado y la contención.

Honramos a cada mujer que lleva adelante su embarazo, aun por encima de circunstancias adversas. Y felicitamos a todas las organizaciones que arduamente realizan una labor de acompañamiento y contención de cada mujer que en vulnerabilidad, decide seguir adelante en dar a luz un nuevo ser.

Hoy, renovamos nuestro llamado a las autoridades, a los legisladores y a toda la sociedad a reconocer el valor sagrado de cada vida humana. Seguimos orando y trabajando para que Argentina vuelva a ser una Nación que proteja a sus hijos desde el instante de la concepción ya que quien defiende a los más indefensos está defendiendo la construcción de un futuro mejor, de una sociedad justa y en armonía, tal como lo enseña la Biblia. Sigamos adelante con fe, amor y compromiso, porque cada niño que nace es una esperanza para nuestra amada Argentina.

Porque toda vida es un milagro. Porque toda vida merece ser defendida.

Comité Ejecutivo de ACIERA.