A sus 90 años de edad don Celestino Maldonado sueña con servir al papa Francisco.
Por Laura Torres
Con un estado de salud envidiable, don Celestino, de 90 años de edad, se muestra con todas las energías de un niño y con un espíritu juvenil que lo lleva a soñar con estar entre los servidores del papa Francisco el próximo mes de julio, donde irá aunque llueva o caiga una tormenta.
“Si no me aceptan, igual me voy a ir a la fuerza. Aunque llueva lo mismo voy a ir, voy a llevar muchas ropas con tal de estar ahí”, expresó convencido de hacerlo.
La visita de Francisco al país es prácticamente una segunda oportunidad que la vida le está dando para que pueda servir al Papa, ya que no pudo hacerlo cuando vino el papa Juan Pablo II por motivos de trabajo.
“Prácticamente es la última oportunidad que tengo para brindar mi fe hacia la iglesia católica y ojalá que la juventud pueda verme y que se animen a servir a este Santo Padre. Tengo ganas de servir”, dijo.
Aseguró que está suficientemente fuerte para servir entre todos, pero que no depende de él estar entre los servidores, sino de la organización encargada de la visita papal. “Me siento suficientemente fuerte para seguir sirviendo, pero la organización acepta hasta los 60 años nomás y yo tengo 90. Estoy en mejores condiciones que muchos que tienen esa edad y con el espíritu joven. Lo único que pido es que me dejen dar lo mejor de mí”, contó.
Cerca del escenario
Don Celestino dijo que si no va entre los servidores en la misa que oficiará el Sumo Pontífice, irá a participar y espera estar cerca del escenario. Aunque él no tenga impedimentos para ir, para esta actividad no se prevé un lugar oficial para los adultos mayores que quieran ir.
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