La institución laical asegura que ese es el único camino para "poder ser la Nación en la que todos deseamos vivir". Lamenta la violencia social creciente y reclama un diálogo sincero para buscar consensos, que permitan "enfrentar la coyuntura unidos".
En la antesala de la Asamblea Legislativa en la que el presidente Javier Milei dará su discurso al país, la Acción Católica Argentina difundió una declaración en la que considera que en el actual contexto se hace necesario “encontrar caminos de madurez cívica e institucional para poder ser la Nación en la que todos deseamos vivir”.
“La oportunidad institucional nos invita a los argentinos a comprometernos, una vez más, en la construcción del bien común, en el respeto por la vida democrática y la amistad social que nos permita una convivencia respetuosa y en paz”, sostiene.
Tras marcar algunos de los desafíos que habrá que afrontar, expresa su preocupación por “la violencia creciente en la sociedad”.
La institución laical afirma que “se hace imprescindible encontrar cauces para la vida política y cívica sin corrupción, porque en ella se aniquila el presente y el futuro” y estima que se necesita de “la transparencia de todas las decisiones y medidas, priorizando el bien de todos por encima del de cualquier sector”.
“Trabajemos juntos para encontrar caminos de madurez cívica e institucional para poder ser la Nación en la que todos deseamos vivir y para que vivan las generaciones futuras en libertad, justicia y fraternidad”, sostiene y puntualiza: “Debemos priorizar el diálogo sincero en la búsqueda de consensos, que nos permitan enfrentar la coyuntura unidos como pueblo.
“Invitamos a unirnos en el compromiso sincero de construir nuestra Nación en el marco de la ley, en el respeto a las instituciones y de los derechos fundamentales de cada persona que habita el suelo argentino”, propone.
Texto de la declaración
El 1° de marzo a lo largo de los años ha sido el día que marca el inicio del período ordinario del Poder Legislativo y, a su vez, testimonia la vida de la República con el discurso que el Presidente de la Nación da en la apertura ante la Asamblea Legislativa.
La oportunidad institucional nos invita a los argentinos a comprometernos, una vez más, en la construcción del bien común, en el respeto por la vida democrática y la amistad social que nos permita una convivencia respetuosa y en paz.
Conscientes de los desafíos del presente, en esta compleja realidad, se hace necesario acrecentar todos los esfuerzos que permitan afrontarlos para que nuestro país encuentre caminos de desarrollo y pueda erradicar los altos índices de pobreza que duelen y nos interpelan, así como bajar la inflación que, desde hace años, crece día a día deteriorando la vida de la mayoría de los argentinos, especialmente de la clase trabajadora, los jubilados, los trabajadores informales, los más desprotegidos y los niños. Es necesario terminar con la especulación que lleva a aumentar desmesuradamente los precios de los alimentos, la salud, los medicamentos, los servicios públicos en detrimento de la inmensa mayoría y en beneficio de unos pocos.
Nos preocupa la creciente violencia en la sociedad, expresada en distintos hechos de diversa naturaleza y en las relaciones interpersonales en los diversos estamentos de la sociedad. Causa temor que cada disenso se exprese descalificando al que piensa diferente, con insultos, provocaciones o chicanas, sobre todo cuando provienen de dirigentes o comunicadores que son quienes deberían promover el respeto, la paz y la convivencia. Debemos encontrar el modo de resolver los conflictos sin agresiones en palabras, imágenes o acciones de descrédito que sólo profundizan la grieta social y corroen la armonía.
Se hace imprescindible encontrar cauces para la vida política y cívica sin corrupción, porque en ella se aniquila el presente y el futuro, necesitamos de la transparencia de todas las decisiones y medidas, priorizando el bien de todos por encima del de cualquier sector.
Trabajemos juntos para encontrar caminos de madurez cívica e institucional para poder ser la Nación en la que todos deseamos vivir y para que vivan las generaciones futuras en libertad, justicia y fraternidad. Debemos priorizar el diálogo sincero en la búsqueda de consensos, que nos permitan enfrentar la coyuntura unidos como pueblo.
Invitamos a unirnos en el compromiso sincero de construir nuestra Nación en el marco de la ley, en el respeto a las instituciones y de los derechos fundamentales de cada persona que habita el suelo argentino.
A Dios, padre de todos los pueblos, fuente de toda razón y justicia, y, desde nuestra fe, por la intercesión de María Madre de Luján, le pedimos bendiga a nuestro pueblo y nos guíe.
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