Se trata del centro que asiste a personas con diferentes tipos de adicciones; reorientan las vidas de la gente.
El centro Abrazo de Madre, la sede puntana de la federación Familia Grande Hogar de Cristo (FGHC), cumplió su primer año de servicio. Con un cálido agasajo en el que no faltó el chocolate, celebraron de una manera sencilla el arduo trabajo que concretan contra las adicciones.
“Comenzamos con la idea de acompañar y ayudar a las personas en situación de adicción. No ha sido fácil, es complejo porque se trata de llegar a la gente que está en una situación límite. Y no siempre llegan a pedir ayuda al comienzo; se acercan cuando tocan fondo. Entonces los recibimos desde la escucha, desde la comprensión. Tratamos de recibir y dar una nueva esperanza, una nueva visión de vida, partiendo desde la persona”, contó el docente, y uno de los referentes de la institución puntana, Jesús Narváez.
De acuerdo a lo que comentó, aunque el hogar está congregado dentro de la iglesia católica (de hecho funciona en las instalaciones de la capilla Nuestra Señora de las Gracias), no es la idea imponer nada. Sí se trata de vivir el Evangelio, sobre todo para quienes colaboran con la misión. De alguna manera, el mensaje es el propio ejemplo.
“Es una forma de vivir más con los pies en la tierra y con el corazón en el cielo. Si se puede estar un poco más en el barro mejor, llegar al que más necesita. Las personas vienen a compartir un momento de fe, pero también un momento de contención, de ayuda”, expresó Narváez.
El hogar funciona en las instalaciones de la capilla Nuestra Señora de las Gracias.
En este primer año de intervenciones, han asistido a unas 20 personas, estimativamente. Pero también han ayudado a las familias de los adictos, que no saben cómo tratar la situación. A su vez, más allá de los abordajes que ya impartían y que apuntan a reorientar la vida de los damnificados en distintas realidades, también arrancaron con talleres para las niñas y niños con la idea de trabajar la prevención en los más chicos; estas cursadas funcionan los sábados de 10 de la mañana a 12.
“Es un espacio gratuito que lo conforma un equipo que trabaja ad honorem. Eliana González está a cargo del hogar, ella es psicóloga. Nos queda un largo camino por recorrer aún”, añadió Narváez.
El centro trata cualquier tipo de adicción. Si bien el consumo de drogas suele ser lo más visible en este tipo de instituciones, también abordan problemáticas relacionadas al alcohol, al tabaco, a la pornografía, entre otras. Hasta ahora, han hecho su paso personas de entre 18 y 60 años.
Abrazo de Madre es una semilla que germina el legado de la FGHC, que está presidida por el sacerdote José “Pepe” Di Paola, del clero diocesano de la Arquidiócesis de Buenos Aires. El presbítero es muy conocido por sus aportes sociales, que se enmarcan en el movimiento conocido popularmente como "Curas Villeros".
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