Tras la decisión del Papa Francisco, que ordenó crear un tribunal para juzgar a los prelados que ocultaran abusos sexuales, Gonzalo Galván Castillo dejó la diócesis por supuestas razones de salud.
El Papa Francisco aceptó la renuncia del obispo mexicano de Autlán, Gonzalo Galván Castillo, por supuestas razones de salud. El hombre, de 64 años, fue denunciado en reiteradas ocasiones por encubrir a un cura pedófilo.
La decisión fue tomada por Francisco en base al Código de Derecho Canónico, que prevé la renuncia de un obispo antes de los 75 años "si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñar" el cargo. En las últimas semanas, Galván Castillo había acusado un "problema de salud" de naturaleza muscular. Sin embargo, algunas fuentes vaticanas señalaron que la renuncia del prelado estuvo vinculada, en realidad, a la decisión del pasado 11 de junio del Papa, que ordenó crear un tribunal para juzgar a los obispos que, como el prelado renunciante, encubrieran abusos sexuales.
En 2009, un joven de 24 años había denunciado al cura Horacio López, de la diócesis a cargo de Galván Castillo, por abusar de él cuando tenía 11 años. Los padres del joven, identificado como Eric, exigieron en varias ocasiones la expulsión del cura López para que "no siguiera haciendo daño a los niños", pero apenas fue trasladado de parroquia. Nunca fue sancionado ni denunciado ante las autoridades, que justificaron la falta de respuestas por la existencia de "casos más graves que atender". Por ese motivo, Galván Castillo fue acusado de negligencia.
Nacido en León el 10 de enero de 1951, Galván Castillo era obispo de Autlán, estado de Jalisco, desde el 26 de octubre de 2004. Había sido elegido por el Papa Juan Pablo II. Antes, había sido rector del Templo Santo Domingo, provicario general, párroco de la Parroquia Divino Redentor y de la de San Maximiliano Kolbe, y ha pertenecido al Consejo de Asuntos Económicos, entre otros cargos.
En febrero, Francisco escribió una carta a los cerca de 5000 obispos de todo el mundo para pedirles que no encubriesen abusos sexuales, un fenómeno que afecta en distintos grados a la Iglesia en todos los continentes. «
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