El presidente del episcopado, monseñor José María Arancedo, consideró "una buena idea" la convocatoria del Presidente para lograr consensos básicos, y pidió "esperar para ver" cómo se implementa cada reforma en las mesas de trabajo sectoriales.
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo, celebró la convocatoria del Gobierno para lograr consensos básicos entre todos los sectores, al considerar que se trata de una "buena idea y una buena intención", y pidió "esperar para ver" cómo se implementa cada reforma en las mesas de trabajo sectoriales convocadas.
"Crear un ámbito donde poder comenzar a trabajar es una buena idea, una buena intención, pero hay que ver ahora cuando se baje a lo concreto. Puede ser un buen anuncio, pero hay que ver cómo se va instalando en las diversas mesas de trabajo", dijo Arancedo a Télam.
Junto a líderes de otros cultos, la cúpula del episcopado participó el lunes en el CCK del acto multisectorial encabezado por el presidente Mauricio Macri, en el que anunció un plan con tres ejes para reducir la pobreza y llamó a generar "consensos básicos? entre todos los sectores.
"Fuimos invitados a participar junto con otros credos y nos pareció oportuno participar. El Gobierno habló de consensos básicos; no se habló tanto de instrumentos concretos. Lo importante es que Argentina tiene que salir de la pobreza, ese es la idea central, y eso es una exigencia moral y de justicia", sostuvo el titular de la CEA.
En ese marco, Arancedo destacó el pedido del presidente Macri de que todos los sectores "cedan algo en bien del conjunto" y remarcó la importancia del "diálogo, el consenso, de sentirnos parte de la misma realidad más allá de las diversidades políticas".
Sobre la discusión de una eventual reforma laboral, el arzobispo de Santa Fe indicó a Télam que la Iglesia "siempre ha estado muy cerca de una mesa de diálogo con la CGT y los trabajadores, así como con los movimientos sociales, que representan una realidad que hay que tratar de integrar a las necesidades básicas".
"La CGT tiene la mejor disponiblidad para colaborar en aquello que puedan, siempre defendiendo los derechos que tienen los trabajadores. Los dirigentes en una mesa de diálogo van a ir viendo cuáles son las realidades que se pueden conversar, y cuáles los límites", indicó.
Semanas atrás, dirigentes de la CGT se habían reunido con la cúpula de la Iglesia para expresarles su preocupación ante una eventual "flexibilidad laboral" que impulsaría el gobierno y pedirles su mediación para concretar un diálogo con el gobierno nacional.
"Lo importante es que se sienten gobierno, CGT y empresarios a dialogar, como parte de una misma realidad. Porque cuando nos sentamos y conversamos no estamos en veredas opuestas sino en la misma", concluyó el obispo.
Además de Arancedo, participaron hoy del acto en el CCK el vicepresidente primero del episcopado, cardenal Mario Aurelio Poli, y el secretario general, monseñor Carlos Malfa.
En representación de los otros cultos, estuvieron invitados el arzobispo de la Iglesia ortodoxa griega de Buenos Aires y Sudamérica, Tarasios; el presidente de la Alianza Cristina de Iglesia Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), Rubén Proietti, y el titular de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, Néstor Míguez.
También fueron invitados el gran rabino de la AMIA, Daniel Davidovich, y el rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, Abraham Skorka, por parte de la comunidad judía; así como el imán de la mezquita El-Ahmed, sheij Elfhefnawy Abdelnaby, en representación de la comunidad musulmana.
"Las comunidades religiosas son un actor social importante de nuestro país y los cultos atraviesan todos los sectores. En la ratificación del cambio y para las medidas que se vienen, tenemos que estar todos juntos", explicó un vocero oficial sobre la participación de los credos.
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