El Papa Francisco aprobó algunas modificaciones en el protocolo para recibir a los jefes de Estado en el Vaticano. Con las nuevas disposiciones se refleja la aproximación que propone el Santo Padre para integrar a los divorciados en nueva unión en la Iglesia.
Con este cambio, si un jefe de Estado católico se encuentra en una situación marital irregular –como por ejemplo un divorciado en nueva unión– podrá ahora participar del encuentro con el Papa acompañado de su nueva pareja.
También podrá estar en la foto oficial y participar del habitual intercambio de regalos.
El cambio del protocolo, realizado en febrero, hizo que el primer jefe de Estado católico en beneficiarse fuera Maurico Macri, Presidente de Argentina, que hizo una visita oficial a Francisco el 27 de febrero, acompañado de su tercera esposa Juliana Awada.
“La razón más profunda por la que un jefe de Estado no podía estar acompañado por una pareja irregular es porque el Papa no es un simple jefe de Estado más, sino el jefe de Estado del Vaticano, el Papa”, explicó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– una fuente del Vaticano experta en protocolo.
Antes de este cambio un jefe de Estado católico no podía estar acompañado de su pareja en situación irregular en la visita al Santo Padre. El nuevo o la nueva esposo/a no podía estar en la foto oficial, esperaba en una sala contigua y luego el Pontífice lo/la saludaba aparte.
Este cambio de protocolo no afecta en nada la doctrina de la Iglesia sobre el matrimonio.
En la conferencia de prensa a bordo del avión que lo regresó de México a Roma, el Santo Padre afirmó que “integrar en la iglesia no significa conceder la comunión”.
“Yo conozco a católicos casados en segundas nupcias que van a la iglesia tres o cuatro veces al año, y ‘yo quiero hacer la comunión’, como si fuera un título honorífico. Un trabajo de integración. Todas las puertas están abiertas, pero no se puede decir que estas personas puedan comulgar. Esto sería una herida, también para los matrimonios, porque esto no los haría proceder por ese camino de integración”, dijo el Papa entonces.
Asimismo, a principios de este mes, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, el Cardenal alemán Gerhard Muller, dijo que “no es posible negociar la enseñanza de Jesucristo. Y esta enseñanza es, después de todo: lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. No puede haber ningún compromiso en esto”.
En una entrevista concedida al diario Kölner Stadt-Anzeiger de Colonia, la autoridad vaticana descartó que la Iglesia pueda reinterpretar las enseñanzas de Cristo sobre el matrimonio. El Purpurado también negó que haya una “batalla” en el Vaticano sobre este tema.
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